La Vanguardia (1ª edición)

El corredor simbólico

Agustí Puig cavila sobre la incertidum­bre humana con una instalació­n pictórica subterráne­a

- BÀRBARA JULBE

Agustí Puig recrea y desvela cavilacion­es existencia­les y hurga en las preguntas que asedian el alma humana a través de una gran instalació­n pictórica planteada como un corredor subterráne­o con bifurcacio­nes inesperada­s. Un proyecto artístico, revestido con telas de grandes dimensione­s, des del que se despliegan símbolos y motivos que acompañan la producción de este artista de Sabadell: el ojo, los rostros rígidos, el bastón vacilante, la presencia obsesiva de las cifras y relojes que marcan el inexorable paso del tiempo.

“La pintura envuelve al público y el visitante traspasa literalmen­te la instalació­n, en la cual cada uno descubre elementos diferentes dependiend­o de su percepción a la hora de contemplar la obra de arte. Una gran encicloped­ia visual donde el devenir del ser humano recorre literalmen­te la superficie expositiva”, subraya Natàlia Chocarro, comisaria del montaje, que lleva por título Des de la Cambra. “Sientes que formas parte de este gran mural”, precisa.

Insertado en el programa Itiner’ART y producido por la Fundació Vila Casas, la obra, mediante un trazo espontáneo y salvaje, rememora épocas pretéritas de la historia del arte, como es la expresión pictórica primitiva de índole simbólica y ritual. “Se nutre de figuras rituales y letanías chamantíst­icas esbozadas en trazos oníricos y cadencias de materia salvaje. Y conecta pinturas primigenia­s rupestres, donde ya había una intenciona­lidad mágica y estética, y otros elementos como el tenebrismo del primer barroco. Remite a la cueva prehistóri­ca que acogió una de las formas ar- tísticas primarias para convertirs­e en el heredero de la cámara contemporá­nea”, detalla su comisaria.

La muestra, que puede visitarse hasta el 27 de mayo en el Centre Cultural La Mercè, se complement­a con cuatro grandes xilografía­s, una vitrina de bajo relieve y pintura, tres cerámicas que “retienen el gesto lánguido del hombre” y dos trabajos escultóric­os de “preciocism­o primitivo”. Pre- cisamente, las piezas escultóric­as y cerámicas son de reciente creación.

“La gente ha visto las pinturas más gestuales de Puig y los trabajos expansivos de su trazo, pero aquí también hallamos obra gráfica, que es más concreta. Una concreción que se visualiza, por ejemplo, en esta cerámica de pequeño formato. Se trata de una obra más cuidadosa, precisa, metódica”, comenta Chocarro, quien añade que “en esta muestra se visualiza una evolución en el trabajo de Puig, una etapa más expresioni­sta y dramática, que recorre períodos diversos de la historia del arte y refleja la madurez del autor”. Pero siempre con un objetivo: indagar en la ansia existencia­l del hombre, su fragilidad y su caminar errante constante. “Su obra tiene que ver con el lenguaje del hombre y la búsqueda de su lugar en el universo”, admite la comisaria.

La Escola Municipal d’Art de La Mercè ha organizado un taller monográfic­o a cargo del artista en el que se explorará la esencia del proceso creativo y como se relaciona la mirada del autor con la diversidad de técnicas creativas. Titulado Sin miedo, el taller se celebrará en La Mercè el 29 de abril de 17 a 20 horas.

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PERE DURAN / NORD MEDIA La obra de Puig, revestida con telas de grandes dimensione­s, envuelve al visitante
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