Rossi no se rinde
El ‘Dottore’ fulmina la emoción con un recital en Jerez, vuelve a ganar tras 9 carreras y reivindica su candidatura
El piloto italiano de Yamaha demostró con su victoria en Jerez que se mantiene en la refriega para lograr una corona mundial que sería la décima en su caso, y que tendría además el sabor de la revancha contra Márquez y Lorenzo, con los que sigue enfrentado desde el pasado campeonato.
Con 37 años y 21 cursos en el campeonato, con todo ya ganado, con el mundo a sus pies venerándole pese a discutibles acciones, sin nada que demostrar, Valentino Rossi todavía tiene hambre y vitalidad para ofrecer recitales como el de ayer en Jerez y reivindicar su candidatura al título. El Dottore, entestado en no jubilarse sin antes conquistar su 10.ª corona, se reengancha moralmente a un Mundial que Marc Márquez y Jorge Lorenzo pretendían convertir en un mano a mano. En el feudo más sagrado para los españoles, el jardín de su vecino, Rossi recuperó su mejor versión y asestó un golpe de efecto con una de las victorias más contundentes de las 113 de su palmarés.
La madre de todas las batallas tendrá que esperar a una mejor ocasión. El gran duelo de alto voltaje que se preparaba el sábado entre Rossi, Lorenzo y Márquez, los tres más grandes del motociclismo actual, se derrumbó ya en el primer tercio de carrera. Valentino, que no había llevado la iniciativa en una carrera desde hacía dos estaciones, a finales del verano en Silverstone, ayer se sentía poderoso. Fulminó la emoción prometida sacando el rodillo desde la tercera vuelta, cuando empezó a aplacar a sus rivales con un ritmo altísimo, mucho más demoledor de lo que él mismo esperaba y de lo que podían intuir Jorge y Marc después de los entrenamientos.
La emoción de una lucha a tres bandas duró apenas hasta el segundo giro, el único momento en el que pareció que Lorenzo era capaz de cambiar el guión de la carrera. Sin hacer un gran salida esta vez, el mallorquín conservó el segundo puesto en el arranque, detrás de Rossi, le siguió de cerca en los primeros compases, y al llegar a la frenada de Dry Sack apuró hasta el último palmo de asfalto y consiguió rebasar a Valentino unos metros. Pero se fue largo. “Se me cerró de delante y me volvió a pasar”, admitía.
Ahí se acabó toda la oposición para el 46, que con su mejor vuelta de carrera en el tercer giro comenzó a ampliar progresivamente el terreno que le separaba de un Lorenzo y un Márquez que se veían claramente incapaces de seguirle. Lo dicho: en el primer tercio de carrera (v. 9), Rossi ya sacaba 2,2 y 2,5 segundos a sus perseguidores. Una renta que incrementó con solidez hasta 2,8 y 3,9s a media prueba.
Fue al empezar la segunda parte de la carrera (v. 17) cuando Lorenzo, más enganchado a Rossi que Márquez, vislumbró la posibilidad de dar el sorpasso. Jorge se animó con una remontada que pareció que podía llegar al recortar al italiano medio segundo en una vuelta, la 17. Era la primera vez que el mallorquín rodaba más rápido que su vecino. Durante tres giros, del 17 al 20, llegó a arañarle 8 décimas, se acercó hasta los 2 segundos, con 8 vueltas todavía por delante... Se reanimaba una carrera que estaba siendo soporífera, un tostón, sin adelantamientos en las seis primeras posiciones, hasta Maverick Viñales.
Pero la reactivación de la carrera fue un espejismo. Porque Márquez iba con la lengua fuera, pensando más en conservar el tercer cajón que en lanzar ataques, y porque el neumático trasero del balear empezó a decaer peligrosamente y a patinar, y el 99, irremediablemente, prefirió no arriesgar y volvió a descolgarse. Rossi se
largaba definitivamente a por la victoria. Un placer que no saboreaba desde hacía nueve grandes premios, desde Silverstone, en mojado, el 30 de agosto pasado. Muchísimo tiempo. Y en Jerez llevaba nada menos que siete años sin ganar, desde el 2009... cuando es el piloto que más veces ha triunfado en la pista andaluza, 9 triunfos con el de ayer.
Ha sido un fin de semana de perfección –pole, victoria, mejor vuelta y líder de principio a fin (un
grand slam)– para un Vale que empezaba a ser engullido por el empuje y la ambición de Márquez y Lorenzo. Tras el lamentable final del 2015 en el que dejó escapar el título, tras arrancar este año a 33 puntos del liderato, y después de caerse en Austin, Rossi ha recuperado su instinto ganador, recorta 9 puntos a Marc y 4 a Jorge, y les recuerda que también cuenta.
El ritmo demoledor de Rossi sorprende a Lorenzo y a Márquez, que no pudieron seguirle nunca Ganar con autoridad donde Lorenzo es más fuerte permite reengancharse anímicamente a Rossi