Cómo dividir un partido en cinco
Podemos puede perder más de 20 diputados si las confluencias forman grupo propio
Las posibles elecciones del 26 de junio reviven el objetivo de las confluencias territoriales formadas con Podemos de contar con grupo propio en el Congreso. También reavivan los debates internos al respecto. La cúpula podemista parte de posiciones ligeramente distintas a las de algunos miembros de las formaciones territoriales concernidas.
Podemos y las confluencias han aplicado su concepto de plurinacionalidad en su grupo del Congreso sin aparente problema. Son una sola entidad pero formada por múltiples sujetos soberanos con sus peculiaridades y autonomía. “Actuamos como grupo propio con libertad de voto”, afirman en las confluencias, y destacan la buena sintonía al coordinar iniciativas parlamentarias y repartirse tiempos de intervención.
Pero, en realidad, los socios autonómicos de Pablo Iglesias tratan de zafarse de él, al menos en lo organizativo. Y si logran su objetivo, el partido morado se arriesga a perder más de 20 diputados: una clara desventaja.
Las confluencias se presentaron al 20-D con el propósito de formar sus propios grupos en la Cámara Baja. En el caso de En Comú Podem (BComú, Podemos, Iniciativa, EUiA y Equo), esa meta era uno de los ejes de su discurso; el otro era el referéndum. Las dos ideas se repetían en cada acto electoral de diciembre. “Seremos el principal grupo catalán en el Congreso”, aseguraba su cabeza de lista, Xavier Domènech.
Este plan topó con el reglamento de la Mesa de la Cámara, que según interpretación mayoritaria venía a decir que ellos también eran Podemos y por lo tanto no podían tener grupo aparte. Ahora, los comunes y En Marea estudian cómo blindarse ante ese reglamento para unas nuevas elecciones. Hace tiempo que le dan vueltas. Domènech propuso hace más de un mes crear un “partido instrumental”. Se trataría de una agrupación de candidatos, a título individual, sin destacar la pertenencia a la organización política de cada uno. Otras opciones que se manejan es que los diputados de Podemos se presenten como independientes dentro de la confluencia; que este partido registre un CIF propio en Catalunya, o competir junto a una de las marcas de la coalición (En Comú Podem/ICV, por ejemplo).
El secretario de Estrategia y número dos de Podemos, Íñigo Errejón, dijo a preguntas de La Vanguardia sobre esas u otras posibles construcciones jurídicas que “no hay mucho que ingeniar porque el problema es político y no de reglamento” y que el obstáculo lo puso una mesa en la que el PSOE había “regalado la mayoría” al PP y Ciudadanos
UNA META DIFÍCIL En Comú Podem y En Marea no pueden garantizar su promesa de grupo tras el 26-J EL POSIBLE PACTO CON GARZÓN Un pacto de Podemos con IU para formar una coalición podría alterar todo el tablero
a cambio de la presidencia. Y que, si bien Podemos insistirá en demandar espacios propios para las confluencias, la alternativa de “grupo plurinacional y confederal” que se creó al denegarse esa reclamación tras el 20-D “sigue siendo un ejemplo válido” con vistas a la repetición de elecciones.
Alexandra Fernández, portavoz de En Marea y miembro de Anova, discrepó de Errejón al señalar que, para el caso de nuevos comicios, sí hay que buscar una fórmula jurídica para “superar el bloqueo” frente a la demanda de grupos propios y que la Mesa de la próxima Cámara “no sea un impedimento”. Y su opción preferida, al igual que la del histórico nacionalista gallego Xosé Manuel Beiras y otros miembros de En Marea, es la de presentarse a las elecciones con un partido específico. La fórmula puede ser similar o igual a la que baraja Domènech.
Con todo, los socios de las confluencias admiten en privado que nada les garantiza el grupo propio si el 26-J se vuelve a las urnas. “Todo depende de la correlación de fuerzas en la Mesa y de cómo utilicen el reglamento; los juristas nos transmiten que, si quieren, podrán repetirnos que somos lo mismo, que somos Podemos”, explican en ECP.
Por otro lado, los planes de alianza entre Podemos e Izquierda Unida pueden alterar todo el tablero. Todo está por ver. Pero si hay pacto estatal cabe pensar que se replantee el destino de los miembros de IU de las actuales confluencias. Ahora hay tres miembros de la coalición de izquierda –dos procedentes de ECP y una de En Marea– integrados en el grupo de Podemos. ¿Qué ocurriría con los electos de esa doble condición si hubiera ese pacto?
Sin perder de vista este factor y al margen de la forma jurídica que se le dé a las candidaturas, ni Podemos ni ECP prevén grandes cambios para otros comicios. Las listas se mantendrían casi igual y no se prevén primarias para formarlas, aunque si hay coalición con IU habrá que buscar encajes aquí y allá, y no se descarta una consulta. Sin embargo, Podemos y sus socios saben que deben ir con tiento y rápido; el 13 de mayo expira el plazo para inscribir coaliciones.