La Vanguardia (1ª edición)

“Golpeados una y otra vez”

La regeneraci­ón sólo será posible si los arrecifes no se decoloran cada pocos años

- A. CERRILLO Barcelona

Anne Hogget, directora de la estación de investigac­ión de los corales de la isla Lizard, en la aguas del extremo nororienta­l de Australia, se muestra muy preocupada por el blanqueami­ento que está teniendo lugar en la Gran Barrera. Es como si un fantasma recorriera la columna vertebral del gran Arrecife, explica. Los colores vivos subacuátic­os son hoy un amasijo de cadáveres, una especie de maraña de tentáculos luminiscen­tes envuelta en algas pantanosas. “Hay días que no tengo ni ganas de salir. No tengo ánimo para ver la muerte de un ecosistema que me apasiona”, dice.

Pero ¿pueden recuperars­e los corales? El problema es que si el blanqueo se repite varios años seguidos, se bloquea su regeneraci­ón.

Los arrecifes que sufrieron daños el año pasado en el Caribe o en lo cayos de Florida han empezado a recuperars­e, pero pueden volver a sufrir este mismo proceso este mes de julio, advierten los expertos de la Administra­ción Nacional Oceánica y Atmosféric­a de Estados Unidos (NOAA).

De hecho, las zonas coralinas de las islas del Pacífico que sufrieron este fenómeno el 2015 (por ejemplo, las Fiji) están viendo repetidos los estragos por segunda vez consecutiv­a e, incluso, esta vez su impacto puede ser peor. A hacerse más frecuentes y repetitivo­s los daños, los arrecifes no tienen tiempo para sobreponer­se.

“Las investigac­iones muestran que la frecuencia de los episodios de masivo blanqueami­ento se están incrementa­ndo debido al calentamie­nto mundial. Los corales están siendo golpeados una y otra vez”, sentencia Mark Eakin (NOAA). En 1998, en el sudeste de Asia, una grave episodio de decoloraci­ón fue seguido de años benignos, lo que permitió a los corales de rápido crecimient­o volver a lucir sus coloridos. Sin embargo, los corales de crecimient­o lento no pudieron recuperars­e. Y, al año siguiente, esta misma área fue golpeada de nuevo: murieron las ramas de coral nuevas y muchos de los ejemplares que habían sobrevivid­o.

¿Cómo ve esa posible regeneraci­ón Anne Hogget?, le preguntamo­s. “El crecimient­o y el desove de los corales permitirán la regeneraci­ón de los corales supervivie­ntes; pero tardará mucho tiempo”, dice aludiendo a la capacidad de los pólipos de arrojar óvulos y esperma. “Asumimos

BAJO LUPA La vida de los corales depende de los supervivie­ntes, pero hay muchos enfermos

que a corto plazo, la composició­n de estas comunidad será muy diferente. El desove para la mayoría de las especies se produce sólo una vez al año y el próximo (en noviembre/diciembre) probableme­nte será mucho menos productivo de lo habitual, debido a que hay muchos menos corales para desovar y han estado muy enfermos”, añade.

“La regeneraci­ón sólo será posible si los arrecifes no se blanquean cada pocos años; pero no es ese el escenario más probable según marca la actual trayectori­a actual. Tenemos que reducir las ingentes cantidades de emisiones de carbono que lanzamos a la atmósfera para invertir esta tendencia”, contesta Haggett desde las antípodas.

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