Frustrados e indignados
Sota la ciutat
Autor y director: Llàtzer Garcia Lugar y fecha: Espai Lliure. Hasta 1/V El autor y director Llàtzer Garcia (Girona, 1981) estrenó su última propuesta dramática en el festival Temporada Alta del año pasado. Estuvo en una de aquellas sesiones que anuncian implícitamente la necesidad de que la obra estrenada se pueda ver a lo largo de una programación regular como la que, en este caso, el Espai Lliure le tenía que reservar, ahora mismo, y hasta el domingo 1 de mayo. Con el título excesivamente ambiguo de Sota la ciutat, el autor propone una reflexión de amplísimas dimensiones sobre la frustración que conocen al joven escritor, David, y Dalia, su pareja, y un veterano director teatral, Narcís Munt, de reconocido prestigio que después de vivir muchas temporadas de éxitos incuestionables, se siente injustamente marginado por los que dictan la política cultural del país. Intentará consolarlo sin ningún éxito su compañera Míriam. Al mismo tiempo, la obra presenta el triunfo incipiente de Bàrbara Bo- nay, artista plástica que consigue interesar al público mediante unos recursos de inequívoca frivolidad.
Bajo la ciudad tiene el aroma de la militancia ideológica de los años setenta del siglo pasado, aunque en el desenlace de los casos presentados –que no tengo que revelar–, el autor
Una obra que ayuda a conquistar la dosis de realismo necesaria para los demasiado soñadores
nos muestre una madurez que va mucho más allá de las buenas intenciones y de los finales ejemplares. Una lectura superficial de la obra puede hacerla preferentemente recomendable para un público juvenil, en el sentido más amplio y general. Quizás sí. Pienso, sin embargo, que tiene que ser mucho más interesante para aquellos sectores, que, lanzados a la conquista del mundo, ya han probado la amargura de algún fracaso o de alguna decepción, experiencias por otra parte bien comunes que ayudan a conquistar la dosis de realismo necesaria para los demasiado soñadores.
Como director, Llàtzer Garcia ha conseguido mover con agilidad y competencia a un grupo de cinco intérpretes suficientemente cohesionado, lo cual no significa que entre ellos no se registren diferentes niveles de calidad y de credibilidad con respecto a sus respectivos personajes. Destaca al frente de todos Albert Pérez (Narcís Munt), muy convincente a la hora de expresar su indignación por una herida profesional que considera totalmente injusta y que, finalmente, se volverá incurable. Contrastando con su papel de hombre extrovertido y furioso, Muguete Franco (Dalia) ofrece una actuación espléndida, en un personaje discretamente atraído por las razones del hombre de teatro marginado. La naturalidad de Dalia me parece inmejorable, tanto en este sentido como en sus relaciones con David, un joven Oriol Casals de una seguridad prometedora. En un plan más discreto pero de una eficiencia suficiente actúan Marta Aran (Míriam) y Laura López (Bàrbara Bonay).