La temporada en la que todo es posible
‘Juego de tronos’ redefine el concepto de adaptación adelantándose a la serie literaria de G.R.R. Martin
Los enemigos de los anglicismos ya tienen una nueva palabra que detestar: hype. La palabra se extiende como la pólvora por ese universo globalizado que son las redes sociales y se podría traducir como la expectación alrededor de una obra o acontecimiento, muchas veces creada por ávidas estrategias de promoción o una comunidad de fans muy excitada. Es el bombo de toda la vida y nadie controla mejor esta maquinaria que los productores de Juego de tronos. Nos dejaron en junio con Jon Nieve apuñalado por sus compañeros de la Guardia de la Noche y esa nieve ensangrentada se convirtió en un alud de dudas y teorías que ni los lectores podían resolver porque la adaptación adelantó el texto de George R.R. Martin. Y, después de diez meses de especulaciones, es hora de descubrir el nuevo presente del joven Stark en el estreno de la sexta temporada en Canal+ Series (22.30h).
En 1980 se vivió un fenómeno similar con Dallas. Ese carismático villano llamado J.R. Ewing recibió dos disparos y el público estadounidense se quedó paralizado porque necesitaba saber si había sobrevivido al ataque y descubrir la identidad de la homicida (sería Kristin, su cuñada y amante). Los meses que pasaron entre marzo y noviembre estuvieron marcados por la pregunta de “¿Quién disparó a J.R.?” que aparecía en los medios día sí y día también y el actor Larry Hagman hasta aprovechó para negociar un aumento de sueldo (100.000 dólares por capítulo eran una barbaridad en ese momento). Pero parecía imposible que se repitiera la situación en tiempos dominados por las filtraciones, los topos con un móvil en la mano, negociaciones públicas de contratos, traidores drones y campañas promocionales que insinúan más de la cuenta. “Está muerto” ha sido la consigna oficial que han seguido el actor Kit Harington, los guionistas David Benioff y D.B. Weiss y el presidente del canal HBO, Michael Lombardo.
Más allá del interrogante tamaño XXL, Juego de tronos regresa con una interesante lectura artística sobre la adaptación literaria. Hasta este momento los lectores
Jon Nieve tiene a los fans descolocados: no se vivía tanta expectación desde que J.R. Ewing recibió dos disparos
de Canción de hielo y fuego, la saga en la que se basa Juego de tronos, conocían los movimientos por adelantado pero ahora no hay material de partida. Sólo Benioff y Weiss saben hacia dónde tienen que dirigirse porque el escritor George R.R. Martin les adelantó el final que tenía pensado. Salvo por la mayor presencia del clan Greyjoy, que había quedado relegado en un segundo plano exceptuando un castrado Theon (ahora redimiéndose como compañero de aventuras de Sansa Stark), los lectores más veteranos tienen la opción de seguir vía televisión aquella historia que comenzaron en soporte papel en 1996. “Vientos de invierno no está terminada (...). Estáis decepcionados y no estáis solos”, dijo G.R.R. en su blog a principios de año sobre la sexta entrega. Le queda el consuelo que hay tantas diferencias entre su obra y la de Benioff y Weiss que posiblemente los lectores querrán experimentar su visión. Pero, ¿hasta qué punto hablamos de adaptación cuando se adelanta al material original?
Los fans catalanes, además, tendrán el aliciente de descubrir cómo se exprimen las localizaciones de Girona después de un casting en junio en el que se presentaron más de 5.000 personas para trabajar como extras. Los elegidos cobraron 50 euros al día para fingir estar en Desembarco del Rey y Braavos durante el mes de septiembre, y son muy silen-
ciosos acerca de su vivencia. En Hollywood saben escribir cláusulas de confidencialidad aterradoras y, si alguien se va de la lengua, podría pagar hasta 133.000 euros. Para enfatizar el papel de la ciudad, se han organizado para esta noche dos pases del primer capítulo en el teatro Municipal y las entradas ya están agotadas. Es el momento de saber por qué la Khaleesi estaba preocupada ante un ejército de guerreros Dothraki, cómo Arya se adapta a la ceguera, si Stannis Baratheon está muerto y por qué el episodio se titula La mujer roja. ¿Será por Melisandre que todavía obedece los deseos de un señor de la Luz que le confiere poderes sobrenaturales? Pero todas las tramas palidecen al lado de un Jon Nieve: los mayores de cincuenta años tienen a J.R. Ewing y a las nuevas generaciones siempre les quedará el bastardo de Invernalia.