La desconexión
Después de 30 minutos notables (71-63), el Barça regala la victoria al Madrid en el último cuarto
Nada tiene que ver la desconexión que propugna una parte de la sociedad catalana con la que muestra el Barcelona Lassa. La primera está por ver hasta dónde llega, si tiene la fuerza y la inteligencia necesarias para culminar la separación con España. No está claro, pero es un tema apasionante que afecta directamente a las emociones de muchas personas. En cambio, la del equipo de baloncesto blaugrana es real, tangible y muy sencilla. Un simple clic y el conjunto catalán desaparece, se esfuma y pasa a deambular por las tierras de Mordor, en la oscuridad. Le sucedió el jueves en la Euroliga cuando después de un esfuerzo titánico para forzar la prórroga desapareció de escena en el tiempo añadido (4-16). Y lo repitió ayer cuando tras 30 minutos notables (71-63), en los 9 siguientes encajó un parcial de 6-24 que regaló la victoria a un Madrid discreto hasta entonces, que lógicamente aprovechó el obsequio. Faltaría más. El traspié pone en tela de juicio el liderato en la Liga Endesa, envía a la opinión pública –léase los rivales– un mensaje de debilidad y genera nervios y desconcierto en la plantilla. El reto inmediato de Xavi Pascual es encontrar las causas que provocan este cortocircuito. Si las encuentra, el equipo tiene cualidades para sobrevivir con la cabeza alta. Si no, arruinará la temporada. Una ecuación tan simple como compleja y fascinante.
Hay preguntas en el deporte que resultan muy difíciles de responder. ¿Qué ha provocado la crisis del Barcelona de Luis Enrique, que podría estar celebrando la Liga en vez de jugársela a cara o cruz en las últimas tres jornadas? ¿Qué le pasa a Messi, capaz de caminar durante 45 minutos y luego sentenciar ante el Sporting con una actuación fenomenal? Si Laplace dedicara su doble viñeta a Neymar podría encontrar no ya 8 sino 100 diferencias entre el brasileño de la primera vuelta de la Liga y el de ahora. Lo que le sucede al Barcelona Lassa tampoco tiene una explicación racional. En el playoff de la Euroliga falló cuando lo tenía todo a favor y la historia se repitió ayer. El cuarto triunfo de la temporada ante el eterno rival estaba muy próximo después de tres cuartos de buen baloncesto, jugados con inteligencia y en la que hubo muchos datos positivos: tres triples de Abrines para empezar –fue una lástima que las rotaciones lo llevaran al banquillo y ya
El Barça mandó durante tres cuartos (26-17, 52-43 y 71-63), pero se hundió al final Para el técnico, “la pérdida de control táctico, la falta de acierto y la precipitación” provocaron la derrota El estadounidense, con un promedio de 7,8 puntos por partido, alcanzó ayer los 25 con 4 de 6 triples
no recuperara la inspiración–, el excelente trabajo de Tomic (19 puntos y 12 rebotes), la aportación de Oleson (11 puntos con 3 de 4 triples) y Arroyo (9), que jugó sus mejores minutos en varias semanas. Incluso Samuels destacó (6 p y2 r) en la primera parte y Lawal volvió dos meses después de su lesión. 26-17, 52-53, 71-63. El Barça lo tenía todo controlado porque este Real Madrid, todo hay que decirlo, no es el de la temporada pasada. Posiblemente porque su defensa es de broma.
Pero tiene calidad. Ayer resistió cuando más difícil lo tenía –estuvo 16 abajo con el 36-20 en el segundo cuarto–, esperó su oportunidad y la aprovechó con los triples de Thompkins (4 de 6 y 6 de 8 canastas) y Carroll (4 de 5). A 9m05s del final, Arroyo estableció el 74-65, pero en los siguientes 7m27s el Barça encajó un 0-15 por culpa de los balones perdidos y lanzamientos sin criterio. Increíble. Thompkins, que llevaba 7,8 puntos de promedio esta temporada, alcanzó los 25.
Cuando Doellman anotó un triples y logró un 3+1, ya en el último minuto, todo estaba decidido. El Madrid casi no se lo creía, pero había vencido a los blaugrana por primera vez esta temporada. “No creo que sea un partido para sacar pecho”, se sinceró Pablo Laso, sin tapujos. “Cinco minutos malos ante el Real Madrid te cuestan el partido”, se excusó Xavi Pascual. El técnico se refirió a “la precipitación, la pérdida de control táctico y la falta de acierto” como claves que explican la derrota. Sin tiempo para pensar, el Barça viaja hoy a Krasnodar y mañana disputa el quinto y decisivo duelo ante el Lokomotiv Kuban.
“No creo que sea un partido para sacar pecho; tenemos muchas cosas para mejorar”