Los 60 años de Imanol Arias, del Lute a Antonio Alcántara
Por mucho que últimamente haya tenido un par de pequeños contratiempos –su nombre apareció en los papeles de Panamá y una colega le acusó de tener las manos demasiado largas–, Imanol Arias ha llegado a los 60 años –los cumple hoy mismo– convertido en uno de los actores españoles más populares y queridos de las últimas cuatro décadas.
Medio leonés –su madre lo fue a parir a su pueblo natal, Riaño, luego engullido por un pantano–, medio vasco –pasó en Eibar su infancia y juventud, cercano a círculos abertzales, lo que no le impidió criticar luego con dureza a ETA y tener que llevar escolta– y medio madrileño –se afincó en la capital en 1975–, Arias iba para electricista pero lo que le gustaba era el teatro –y su padre le soltaba “una hostia con el envés de la mano” cada vez que hablaba de su afición–. Tras diversos papeles sobre las tablas y alguna película aislada, vive a fondo la movida madrileña de los ochenta (in-
cluida la caída en la droga), irrumpiendo a lo grande en el cine en 1982 con Laberinto de pasiones (Almodóvar), La colmena (Camus), Demonios en el jardín (Gutiérrez Aragón) y Bearn (Chávarri), a las que sigue su primera serie de éxito, Anillos de
oro. Moviéndose entre el estereotipo de galán y papeles más arriesgados, en el resto de sus dorados años ochenta protagoniza La muerte de Mikel, Fuego eterno, Lulú de noche, Divinas palabras, Tiempo de silencio o El Lute (I y II). Estas tres últimas con el director que más partido le saca, Vicente Aranda, con quien también rodará, a principios de los noventa, El amante bilingüe e Intruso. Si su gran papel de los ochenta –y de toda su carrera en el cine– es El
Lute (premio al mejor actor en San Sebastián, su galardón más destacado, pues nunca ganó el Goya, aunque estuvo nominado cuatro veces), el rol que ha marcado su madurez es el de Antonio Alcántara, el padre símbolo de la transición española que protagoniza en la longeva (15 años y sigue) serie pasó. Cuéntame como
En el cine, pocos filmes desde los noventa, aunque el año pasado obtuvo buenas críticas protagonizando Anacleto: agente secreto. Próximamente encarnará a José Bergamín en 33 días, filme sobre Picasso (Antonio Banderas) que dirigirá Carlos Saura. Casado dos veces –con las actrices Socorro Anadón (1980-1981) y Pastora Vega (19842009), madre de sus dos hijos–, desde hace cinco años su novia es la fotógrafa Irene Meritxell.