Oficio maternal
El nivel de estudios, la autoconfianza y los hábitos saludables influyen en la apuesta de las mujeres por la lactancia materna
Las madres trabajadoras optan más por la lactancia materna exclusiva durante los cuatro primeros meses de vida de sus hijos y los destetan más tarde que las mujeres que no trabajan fuera del hogar.
Las madres trabajadoras amamantan en mayor medida que el resto. No sólo apuestan en mayor proporción por la lactancia materna exclusiva durante los cuatro primeros meses de vida de sus hijos sino que también los destetan más tarde durante el primer año que las que no trabajan fuera del hogar. Esas son las sorprendentes conclusiones que arroja la investigación realizada por la matrona Gloria Gutiérrez de Terán y recogidas en la tesis doctoral Factores fisiológicos y sociales que influyen en el éxito de la lactancia materna, que recientemente presentó en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).
“La incorporación al trabajo es una de las principales razones que aducen las madres para abandonar la lactancia, pero en el seguimiento que hemos hecho de las gestantes atendidas entre el 2012 y el 2013 en los centros de la comarca de Bilbao hemos visto que tener empleo se correlaciona con más lactancia exclusiva y un destete más tardío en el primer año”, comenta Gutiérrez de Terán. Su investigación ha estado centrada en analizar las razones y factores que determinan que madres predispuestas a la lactancia materna den o no el pecho a sus hijos y lo hagan durante más o menos tiempo.
“Nos hemos centrado en las mujeres que ya tenían la decisión probable o segura de amamantar a su bebé durante el embarazo, que son la mayoría, pues las que tenían de- cidida la lactancia artificial no suponían ni el 9%”, detalla.
Y el seguimiento parece indicar que cuanto antes decide una mujer que dará el pecho a su bebé y más convencida está de apostar por la lactancia materna, más amamanta finalmente. “La voluntariedad y la autoconfianza influye y es importante, porque la instauración de la lactancia es difícil, requiere esfuerzo y apoyo”, dice Gutiérrez de Terán.
De hecho, las cifras de prevalencia de la lactancia materna recogidas en su tesis muestran que las mujeres que logran alimentar a su bebé sólo con pecho en el hospital, los primeros días, son menos que las que después consiguen instaurar lactancia exclusiva porque perseveran en ello. Y en ello incide, según la doctora de la UPV, si la decisión de amamantar la tomaron antes del embarazo, al principio o al final del mismo. “Tienen más éxito las que deciden antes”, enfatiza.
Otros factores que favorecen la lactancia son el nivel de estudios –“las madres con título universitario son las que más pecho dan”–, el tabaco –“las que no fumaban o lo dejaron al quedarse embarazadas destetan más tarde”–, practicar el colecho (dormir con el bebé), haber acudido a clases de educación maternal, que la pareja haya asistido a sesiones de lactancia materna, tener hijos anteriores y que la familia apoye en las tareas de la casa. También hay aspectos fisiológicos que influyen, como o no tener sobrepeso o una mayor puntuación del bebé en el test Apgar.
Por el contrario, factores como dar al bebé una alimentación suplementaria en los primeros días, usar chupete y tetinas durante el primer mes, tener una lactancia dolorosa o grietas en el pecho, o haber tenido que ingresar al recién nacido en el hospital se asocian a una mayor renuncia o abandono de la lactancia.
“Del estudio –que se circunscribió a la zona de Bilbao pero arroja resultados en la misma línea que otras investigaciones–, se desprende que deberían diseñarse intervenciones encaminadas a aumentar la información y la autoconfianza de las mujeres en su capacidad para la lactancia materna, prestando especial atención a las que tienen niveles de estudios más bajos, a las primíparas, a las obesas”, que son aquellas a las que parece costarles más, valora Gloria Gutiérrez de Terán.
Las mujeres que tienen formación universitaria y las no fumadoras son las que dan más pecho