“De repente me di cuenta de que tenía 80.000 seguidores”
Rémy Bui s i ne, periodista accidental d el aNuit Debout
El joven Rémy Buisine, de 26 años, ojos azules y aspecto angelical, se ha convertido en el principal cronista de la Nuit Debout, el particular 15-M francés instalado cada día a partir de las seis de la tarde en la plaza de la República parisina. Armado de su móvil, unos auriculares y unas baterías de repuesto, lo transmite todo en directo a través de la aplicación Periscope desde el 31 de marzo.
“Aquella noche vi que se concentraban 1.200 personas y me di cuenta de que comenzaba algo serio, así que comencé a hacer directos. El siguiente domingo me di cuenta de que tenía 80.000 seguidores y más de seis millones de me gusta”, explica. “Desde entonces lo hago cada tarde y cuando hay acciones me desplazo con ellas”.
¿También en los barrios del extrarradio?
Me gustaría hacerlo fuera de París, ver qué ligamen tienen allí con lo que ocurre en la capital, que es el principal escaparate. Espero tener ocasión. Frecuentemente cubro eventos fuera de la plaza, acciones en apoyo de sectores que reivindican algo. La Nuit Debout da fuerza y brillo a todas las luchas que aparecen. Es lo que ocurrió con la ocupación del teatro Odéon, con la Comédie Française y también con los ferroviarios: estuve hace dos semanas en la estación de Austerlitz en una acción en su apoyo. Siempre que hay acciones fuertes intento estar allí, aunque hay que compatibilizarlo con mi horario de trabajo...
¿En qué trabaja?
Soy community manager en las radios musicales de París. Trabajo por las mañanas, así que en cuanto termino me vengo aquí.
“La Nuit Debout da fuerza y brillo a todas las reivindicaciones que surgen”
¿Cual es su impresión de la evolución del movimiento desde el 31 de marzo? Se ha estructurado muy rápido con la implicación de la gente y la formación de comisiones. Las asambleas generales son muy concurridas, duran entre cinco y seis horas, y siempre me ha impresionado ver que hay gente que las sigue desde el principio hasta el fin, aunque los temas vayan cambiando. Mucha gente expresa impaciencia, pero hay que recordar que esto solamente tiene un mes de vida y todavía no está claro qué formas adoptará. Los próximos días serán muy importantes. Lo que se constata en un mes es que la Nuit Debout ha criado por todo el país e incluso en el extranjero, aunque no sea todos los días ni de forma regular. Lo que está claro es que el movimiento transmite fuerza a otras luchas y reivindicaciones. Tiene una gran potencia mediática.
¿Cómo reaccionan los medios de comunicación?
Tardaron algunos días en llegar, pero ya están aquí, porque no se puede ignorar. Es verdad que se han concentrado mucho en epifenómenos como la violencia o la expulsión de la plaza del intelectual islamófobo Alain Finkielkraut...
¿Le parece inocente esa atención?
No, claro que no, pero es que las imágenes de violencia tiran mucho, aunque no sean representativas. La gente se concentra en la
plaza desde las seis de la tarde hasta medianoche y nunca –hasta el domingo– he asistido a violencias, que siempre se han producido al margen de la plaza.
¿Algún problema con la policía?
No estoy protegido por un carnet de prensa, lo que es incómodo porque puedes ser objetivo tanto de la policía como de los alborotadores. Cuando hay situaciones calientes, quienes se entregan a la destrucción no quieren ser filmados. Están en su derecho y en medio de esas situaciones me siento bloqueado, pero esas violencias e intimidaciones yo no las relaciono con el movimiento.
¿Cuál ha sido su vivencia más intensa este mes?
Algo bastante personal: la noche en que me di cuenta de que había más de 80.000 personas siguiéndome por Periscope. Fue una vivencia muy intensa porque la gente me traía baterías recargables, me daba de comer y de beber. Tenía 80.000 personas en línea y el ambiente era muy benévolo y coperativo. El hashtag #NuitDebout era el más comentado de Francia, aunque muchos no sabían qué quería decir, yo el primero por cierto, y eso fue lo que me empujó a acercarme a la plaza de la República.