Venecia sin ti
FULVIO ROITER (1926-2016) Fotógrafo italiano
C’est à vol d’oiseau… ou à fleur d’eau qu’il faut découvrir Venise”, escribía Claude Roy en el primer libro sobre Venecia del fotógrafo italiano Fulvio Roiter, nacido en Meolo, una población cercana a la ciudad de los canales, en noviembre de 1926 y fallecido el pasado 18 de abril a los ochenta y nueve años. Descubrir Venecia, o redescubrirla, desde cualquier ángulo, siempre resultará un ejercicio gratificante. Incluso en tiempos de aglomeraciones como los nuestros.
Roiter iba para químico, pero la fotografía se cruzó en su camino a mediados de la década de 1940. Con una cámara prestada y una bicicleta –las más de las veces un ciclomotor– empezó a fotografiar toda suerte de paisajes. En su primera salida, allá por 1953, se allegó hasta Sicilia, embebido de Pirandello. Como Verres, el gobernador de la isla que fue acusado por Cicerón de haberse llevado sus tesoros artísticos, nuestro fotógrafo tomó de ella sus mejores imágenes: la Sicilia de los mineros y los paisajes con el Etna al fondo. Gracias a su publicación en la revista Camera obtuvo al fin el reconocimiento que tanto esperaba.
El espaldarazo se lo dio su siguiente trabajo: una serie de imágenes de la región de Umbría en estricto blanco y negro que ilustraban, a su manera, la selección de textos que Pierre Jacquet había preparado de las Florecillas y el Cántico de las criaturas de san Francisco de Asís. Ombrie, terre de Saint François, editado por la editorial suiza Clairefontaine, obtuvo en 1956, año posterior a su publicación, el prestigioso premio Nadar. Antes que él lo había ganado, en su primera edición, su admirado Werner Bischof.
En su afán por seguir fotografiando, Roiter se embarcaría a continuación en dos viajes bien distintos: el que lo lleva primero, atraído por la poesía de Federico García Lorca, a Andalucía; y el que, a continuación, hace a Brasilia para documentar el nacimiento de la ciudad. De ambos viajes surgen sendos libros que contienen imágenes de una fuerza poco habitual: la de lo ancestral del campo andaluz y la de la novísima arquitectura de Oscar Niemeyer.
Toda esta serie de trabajos contribuyó a un mayor reconocimiento de la fotografía como medio artístico en Italia. Entre los partidarios de la imagen como documento social y los que la defendían como forma artística autónoma, Roiter se situó entre ambos. Tampoco se adscribió a la estética del neorrealismo, aunque viendo sus imágenes hoy nos lo pueda parecer debido a una cierta cercanía de temas y estilo.
En una reciente entrevista concedida para la televisión, afirmaba haber buscado siempre la manera de mejorar, de afrontar la elaboración de un nuevo libro como si fuera el primero. Desde el conocimiento (le interesó sobremanera la téc- nica) y la intuición. “La fotografía nace aquí dentro”, sentenciaba mientras apuntaba con su dedo índice a la cabeza.
Fulvio Roiter fotografió un buen número de países como Líbano, Turquía, México y regiones como el Algarve portugués o Florencia y la Toscana, sin olvidarnos de uno de sus temas preferidos: el de su bien conocida y queridísima Venecia, a la que retrató en sus calles y canales de todos los modos posibles. Essere a Venezia, su libro de 1977, fue todo un éxito de ventas.
Colaboró con algunas de las revistas más importantes del momento: National Geographic, Life o Stern, entre ellas. Su interés por el negocio editorial lo llevó a crear un sello, Dagor Books, en el que en 1981 apareció publicado un libro con fotografías suyas acompañado de un texto del escritor Alberto Moravia.