Damien Jurado, atrapado en sus sueños
El cantautor presenta el viernes con su grupo su flamante álbum ‘Visions of us on the land’ en la sala Music Hall
Damien Jurado es un cantante y músico que reconoce que actúa con periodicidad en Barcelona porque es “una de las ciudades donde mejor me siento cuando canto, da igual qué o con quién”, cuenta desde Nueva York.
El cantautor y músico de Seattle tiene previsto finalizar en Barcelona este viernes el primer tramo de su gira europea de promoción de su nuevo álbum, Visions of us on the land.
La cita con el brillante músico será en la sala Music Hall (21.15 h), y la perspectiva para el aficionado fiel es sugerente: viene acompañado de banda y “me centraré como en el resto de conciertos de esta gira en mis tres últimos discos, que forman una trilogía unitaria: este Visions of us on the land, y los anteriores Brothers and sisters of the eternal son y Maraqopa”. Una obra en tres capítulos que arrancó a comienzos del presente decenio cuando un buen día Jurado se despertó y se quedó casi hipnotizado por la claridad de las imágenes del sueño que acababa de tener, visiones impecables de una ciudad ficticia llamada precisamente Maraqopa.
Allí comenzó una singladura compositiva y musical que le ha llevado al presente, marcada por la necesidad de acabar una historia que ha podido más que él y sus prevenciones iniciales.
“Esta obra hubiera sido imposible, o al menos no hubiera sido posible de la manera que ahora está grabado, sin la complicidad de Richard Swift, que ha dado a mi habitual manera de ver y componer la música una dimensión muy diferente”. No anda errado Jurado porque gracias al toque Swift su habitual desnudez sonora, su carácter ahorrador en los arreglos y su interpretación a pecho descubierto sufrió una significativa transformación, ofreciendo instrumentaciones psicodélicas, coros de ultratumba o un cuidado trabajo de ecos y reverbs.
Con las dos siguientes entregas “el trabajo de Richard [Swift] ha sido aún más determinante porque la paleta de sonidos y matices no ha parado de aumentar”, comenta al otro lado del hilo telefónico . En efecto, muros de sonidos con secciones de metal, mucha percusión y el empleo nada disimulado de sintetizadores son el contrapunto a su calmada voz, a ratos empapada de gloriosa emoción. “La grabación del disco fue veloz, no más de cuatro días; y como todos, antes de empezar no tenía ni idea de qué iba ir. No planifico cómo van a ser mis discos. Y sé que me he contradicho en estos últimos años, porque cuando hice Maraqopa y Eternal son... juré y perjuré que no iba a haber continuación y no iba a haber directos de ellos... y acabé contradiciéndome con los hechos: hice todo lo contrario”. La tercera entrega de esta “muy espiritual” trilogía, como él mismo la califica, versa “sobre el hecho de que usted y su mujer, por ejemplo, viven solos en el mundo y además son inmortales. Y se descubren a sí mismos y se sienten completos. De eso va el
“Siempre que actúo en directo, lo hago para mí; mi única prioridad soy yo”, dice
disco”, relata. La relativa fascinación que produce Damien Jurado en sus directos para bastantes de sus adictos es un hecho. “Aunque a mí eso no me importa ni me interesa mucho”, asegura. “Siempre que actúo en directo, sólo lo hago para mí. Mi única prioridad soy yo; si hago música es para hacerme feliz a mí, puede hacer feliz a los demás pero eso ya es secundario. Cuando toco en grupo, entonces mi campo de acción se amplía hasta los miembros de la banda, en conseguir sintonía y llevar la canción que estamos haciendo a buen puerto”.
Después de este tour, regresará a Estados Unidos a seguir girando. “En verano haré festivales europeos” y “espero ponerme a grabar un nuevo disco en enero, que es lo que más deseo”, adelanta este músico, que asegura que una de sus bandas preferidas desde hace un tiempo es La Familia del Árbol, dúo español liderado por Nacho Casado. Muy Damien Jurado.
Sólo tocará temas de sus tres últimos discos, “para no romper la idea de trilogía”, advierte