Hollande: “En el actual estado de cosas, Francia dice no al TTIP”
“No estamos por un libre comercio sin reglas”, afirma el presidente francés
“En el marco de las negociaciones internacionales, nunca aceptaremos un cuestionamiento de nuestros valores”, ha dicho François Hollande. Mientras sus colegas alemanes y británicos son favorables, Francia, “en el actual estado de cosas”, y, “en la etapa que conocemos de las negociaciones internacionales, dice no”.
No al TTIP, siglas en inglés del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión que están negociando la UE y EE.UU., en la más completa oscuridad excepto para los lobbies transnacionales implicados.
No, dijo el presidente, “porque no estamos a favor de un libre comercio sin reglas”. No, porque “jamás aceptaremos la puesta en cuestión de los principios esenciales para nuestra agricultura, nuestra cultura y para la reciprocidad en el acceso a los mercados públicos”.
Horas antes de estas declaraciones, el secretario de Estado francés de Comercio, Mathias Fekl, estimaba en una entrevista radiofónica que al día de hoy, “la opción más probable” es la del fracaso de las negociaciones actualmente en curso entre la Unión Europea y Estados Unidos. La víspera la organización ecologista Greenpeace divulgó documentos internos de la negociación que inciden en el carácter nefasto de esta última ofensiva del “libre comercio” en beneficio del gran negocio y en perjuicio de las normas protectoras del consumo, la sanidad y la soberanía estatal ante las transnacionales.
Fekl estima que en su condición actual, “el acuerdo sería malo”. “Desde el año 2015 he sido el único miembro de un gobierno europeo que ha hecho sonar la señal de alarma”, dijo en une entrevista con la emisora Europa 1.
“Hace un año que denuncio la actitud de Estados Unidos, queremos reciprocidad pero Europa propone mucho y recibe muy poco a cambio, lo que no es aceptable”, explicó. Francia no se dejará imponer un acuerdo contra su voluntad: “No habrá acuerdo sin Francia y todavía menos contra Francia”, añadió.
Aunque nadie duda del fundamento del descontento francés con las negociaciones, cuyo contenido ni siquiera es accesible a los diputados y ha sido tratado como secreto de Estado, el contexto de la declaración de Hollande es electoralista.
El presidente mencionó su oposición al TTIP, con los mati- ces y reservas señalados, durante un discurso para su maltrecho electorado organizado por la Fundación Jean Jaurès, un think tank en la órbita del Partido Socialista.
En el discurso Hollande reivindicó su mandato con afirma- ciones chocantes como la contenida en la pregunta, “¿En qué país de Europa ha habido tanto progreso social desde hace cuatro años?”.
A un año de las elecciones presidenciales ante las que está muy mal situado, el presidente está comenzando a repartir los acostumbrados regalos electoralistas: 4.000 millones en bajadas de impuestos, aumentos salariales para los malpagados maestros y profesores, para los agricultores, para los jóvenes y para el mantenimiento de la red de carreteras. Con esa lluvia de dinero, Hollande pretende reconstruir la alianza electoral que le llevó al poder en el 2012, algo muy difícil.
La retórica sobre el TTIP está en esa misma línea de aplacar a la izquierda, pero mientras tanto una veintena de ayuntamientos del País Vasco francés, entre ellos la villa de Hendaya, junto a la frontera española, ya se han declarado “zonas libres del TTIP”.
Hollande también dijo respetar el movimiento de las plazas (Nuit Debout), “a condición de que no sea violento y que no reemplace el voto y el sufragio universal”.
Veinte ayuntamientos del País Vasco francés ya se han declarado “zonas libres del TTIP”