Patrulla china en el Coliseo
Ocho agentes uniformados del gigante asiático vigilan en Roma y Milán tras el acuerdo entre ambos gobiernos
Existe la leyenda –y algunos historiadores la dan por verosímil– de que los supervivientes de una legión romana derrotada y hecha prisionera por los partos en Carrhae (hoy en territorio de Turquía), en el siglo I antes de Cristo, acabaron, tras múltiples penalidades, como mercenarios a sueldo de la dinastía Han, en China. Más de 2.000 años después, en circunstancias muy distintas, policías chinos patrullan por el Coliseo y delante del Foro Romano.
El Ministerio del Interior italiano ha presentado como un gran hito de cooperación internacional el acuerdo suscrito con Pekín que ha permitido a ocho agentes del orden chinos –cuatro en Roma y cuatro en Milán– participar en patrullas conjuntas con policías y carabineros italianos en las dos ciudades. Se trata de una iniciativa experimental, de un par de semanas, que podría ampliarse si da buenos resultados. También está previsto que este verano agentes italianos se desplacen a Pekín y Shanghai.
La presencia de policías chinos se justifica por los más de tres millones de turistas que Italia recibe ya anualmente del gigante asiático. Aunque sea un acto simbólico, la visibilidad que dan esos agentes, con sus propios uniformes, en lugares emblemáticos, contribuye a la “policía de proximidad” a la que aspira el Gobierno italiano y a fomentar una sensación de seguridad y control en la calle después de los atentados de París y Bruselas. El objetivo es tranquilizar a los millones de peregrinos adicionales que llegan con motivo del Jubileo extraordinario de la Misericordia. También hay policías de otros países europeos, entre ellos España, haciendo patrullas junto a los italianos.
Los jóvenes agentes chinos, que recibieron un cursillo especial antes de volar a Italia, se han visto un poco desbordados por el interés mediático. Algunos hablan italiano, como Zao, que vivió un tiempo en Módena con su familia y fue allí a la escuela, y otros chapurrean inglés.
El jefe del Departamento de Cooperación Internacional chino, Liao Jinrong, evocó a Marco Polo durante la presentación oficial del proyecto policial. Según el embaja- dor, Li Ruiyu, el turismo chino hacia Italia, y más después de noticias como esta, va a seguir creciendo.
La prensa italiana recogió la reacción un poco incrédula de algunos ciudadanos, sobre todo en Milán, ante los chinos de uniforme en sus calles. Existe ya la sensación de que la comunidad china controla muchos negocios, no todos legales.
Más de tres millones de chinos visitan cada año Italia, que sufre también las redes de productos falsificados
Ayer mismo se supo, en Roma, que la policía italiana ha desarticulado una red china de venta de artículos religiosos falsificados –rosarios, estatuillas, estampas y hasta bendiciones papales– en las inmediaciones de la plaza de San Pedro. Fue hallado un almacén, cerca del Vaticano, con mercancía con un valor de 1,7 millones de euros.
Se desconoce si las patrullas chinas, además de pasearse por los lugares turísticos, podrían ser usadas en el futuro para ayudar a desmantelar negocios ilícitos de sus compatriotas. Eso sería una tarea más delicada que posar para las fotos frente al Duomo de Milán o el Coliseo.