La Vanguardia (1ª edición)

Una pareja alemana torturó hasta la muerte a dos mujeres

Los detenidos buscaban a sus víctimas con anuncios de contactos en prensa

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

Una pareja alemana secuestró y torturó durante semanas hasta la muerte a dos mujeres, una de las cuales fue cortada a trozos e incinerada, en una granja de Höxter, en el oeste del país, según informaron ayer en rueda de prensa la policía y la fiscalía de Bielefeld. No se descarta que alguna otra mujer haya sufrido la misma terrible suerte en esa casa de Höxter, en la que Wilfried W., de 46 años, y Angelika B., de 47, infligiero­n grandes sufrimient­os a las dos fallecidas. La pareja –estuvieron casados de 1999 al 2013– buscó a sus víctimas poniendo anuncios en las secciones de contactos de prensa alemana y checa.

El primer caso se conoció el miércoles pasado, y ya entonces ambos fueron detenidos como sospechoso­s; y ayer se supo que otra mujer había muerto también a manos de la pareja. La primera víctima conocida, Susanne F., de 41 años, estuvo retenida durante casi dos meses en la casa de Höxter, localidad del land de Renania del Norte-Westfalia, donde, además de los golpes, era obligada a dormir en el suelo en un cuarto sin calefacció­n. La semana pasada, al verla en gravísimo estado, ambos decidieron llevarla en coche de vuelta a su casa en otra ciudad, pero una avería les obligó a pedir ayuda y ella fue trasladada a un hospital, donde murió. Los médicos dieron parte a la policía del evidente maltrato que había sufrido.

La segunda fallecida, que en orden cronológic­o es la primera, fue Annika W., de 33 años, con la que el sospechoso llegó a casarse. Murió en la casa el 1 de agosto del 2014 debido a “graves abusos corporales”, en palabras del fiscal jefe Ralf Meyer. Los dos detenidos metieron su cadáver en un congelador, y luego fueron extrayendo trozos para ir quemándolo­s en la chimenea, y esparciend­o las cenizas por los alrededore­s. Incluso enviaron SMS a su madre para tranquiliz­arla, y Wilfried la dio de baja en el padrón municipal, explicando que se había marchado a Holanda. La pareja detenida vivía de la ayuda social.

Los investigad­ores relataron el espantoso trato que Wilfried y Angelika infligiero­n a sus víctimas, a las que arrancaron el cabello a tirones, encadenaro­n noches enteras a radiadores o a la bañera, y las golpearon de forma sistemátic­a. La teoría sobre la que trabaja el equipo policial con ayuda de psicólogos es que las torturas obedecían más al ejercicio del poder que al ámbito se- xual, aunque se hayan detectado “conductas sádicas”.

Angelika B. confesó los hechos y declaró haber sido maltratada por su exmarido Wilfried, circunstan­cia a la que la policía da credibilid­ad. El hombre negó los crímenes. La policía confirmó que el sospechoso fue condenado en 1995 a dos años y nueve meses de cárcel por “daños corporales graves, detención ilegal y coacción” a su pareja de entonces. “No podemos descartar totalmente que en esa casa haya muerto otra mujer”, dijo el responsabl­e de la investigac­ión, Ralf Östermann. Una mujer de Berlín contactó con la policía al reconocer en fotos la casa en la que ella misma sufrió maltrato.

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ALEXANDER KOERNER / GETTY La casa de la ciudad de Höxter donde Wilfried W., de 46 años, y Angelika B., de 47, cometieron los crímenes

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