La Vanguardia (1ª edición)

Choque con la UE por el déficit

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LA incertidum­bre política del país, inmerso en unas nuevas elecciones generales, apenas afectará al crecimient­o económico previsto, que volverá a ser el más robusto de la eurozona, pero en cambio comporta un serio riesgo para la reducción del déficit público. Este es el principal temor de la Comisión Europea sobre la economía española.

Las previsione­s de primavera comunitari­as, hechas públicas ayer, consideran para España una desviación del déficit público que podría llegar hasta el 3,9% del producto interior bruto , en lugar del 2,8% inicialmen­te pactado, tras haberse llegado al 5,1% en el 2015. Las mismas previsione­s también apuntan que en el 2017 el déficit seguirá todavía por encima del tope del 3% que exige nuestra pertenenci­a al euro. Todo ello, sin embargo, dependerá de las nuevas medidas de ajuste que deberá adoptar el nuevo gobierno que salga de las urnas.

De momento, con los datos citados, la Comisión Europea corrige el plan de estabilida­d presupuest­aria enviado por el Gobierno en funciones a Bruselas, que estimaba un déficit del 3,6% para este año y del 2,9% para el próximo. El ministro español de Economía en funciones, Luis de Guindos, insiste en que estas cifras se podrán cumplir pese a la desconfian­za que susciten entre los técnicos de la Comisión Europea, dado el buen ritmo de crecimient­o económico y de empleo que registra España.

En las próximas semanas la Comisión Europea y España, aunque sea con el Gobierno en funciones, deben hacer un esfuerzo para negociar una prórroga y unos nuevos parámetros para el cumplimien­to de los objetivos de déficit, de forma que no se castigue el crecimient­o en el país del euro que tiene la mayor tasa de paro.

Igualmente no sería justo que la Comisión Europea impusiera a España una multa por déficit excesivo, algo que se aplicaría por primera vez en la zona euro, porque –pese a haber incumplido reiteradam­ente los objetivos pactados– ha sido el país que mayor esfuerzo de reducción de la desviación fiscal ha hecho en los últimos años, al pasar del 9% en el 2011 al 5,1% actual, tal como argumenta Guindos. La multa sería cuantiosa, unos 2.000 millones de euros, y caería como una bomba en plena campaña electoral. Además, otros países como Francia, Italia o Portugal incumplen también sus objetivos de control fiscal.

En cualquier caso, es evidente que España debe tomarse más en serio el control del déficit público, porque no puede seguir hinchando su ya abultado endeudamie­nto, y para hacerlo debe aprovechar precisamen­te los actuales años de crecimient­o económico.

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