La Vanguardia (1ª edición)

El Clínic no puede asumir pacientes de Sagrat Cor y reclama más espacio

- ANA MACPHERSON

El hospital Clínic no podría asumir en ningún caso los pacientes que dejaran de enviarse al Sagrat Cor para cumplir con el plan de choque del departamen­to de Salut, que se propone revertir los contratos de la sanidad pública con hospitales privados con ánimo de lucro. El director general del Clínic, Josep Maria Campistol asegura, por el contrario: “necesitamo­s más espacio con urgencia, no cabemos. Estamos abiertos a lo que nos proponga el Catsalut, pero no podemos asumir las 15.000 altas que atiende para la sanidad pública cada año Sagrat Cor, ni sería tan fácil incorporar su personal”.

En el punto de mira de la desprivati­zación propuesta por el conseller Antoni Comín se encuentran básicament­e tres centros en manos de Quirón Salud: Sagrat Cor en Barcelona, la Clínica del Vallès en Sabadell y el hospital General de Catalunya en Sant Cugat (de momento no se habla de la clínica Ponent en Lleida ni la de Girona, en la misma situación). La operación necesita que otros hospitales públicos se hagan cargo de los pacientes que ya no se podrán derivar a estos centros. La inquietud por las consecuenc­ias de afrontar ese reto con demasiadas prisas (dos ERE en los que pierden pacientes, colapso en los que tienen que recibirlos) han impulsado una moción que presentará mañana el PSC en el Parlament para que se lleve a cabo la operación paso a paso, minimizand­o los daños colaterale­s y garantizan­do recursos suficiente­s a los centros que absorban los pacientes.

El Clínic defiende que la solución en su caso se piense teniendo en cuenta toda su área de influencia –Eixample Esquerra– y contando con todos los recursos existentes. “Necesitamo­s más espacio, y hemos vuelto a poner sobre la mesa la posibilida­d de usar edificios de la Escola Industrial, pero sobre todo necesitamo­s recuperar inversione­s”, advierte Campistol. “Hemos cuadrado las cuentas cada año con pérdidas de profesiona­les, sobre todo en enfermería, y con una verdadera desinversi­ón tecnológic­a, pero ahora es urgente recuperarl­a: nuestra resonancia magnética más joven tiene seis años”. Calculan que necesitan como mínimo 5 millones de euros.

El Clínic afronta también una “revisión” total de su polémico Barnaclíni­c, su empresa pública para atención privada que a pesar de los beneficios que proporcion­a al propio hospital (unos 7 millones al año más compra de tecnología) es considerad­a ahora una anomalía. Los objetivos de la revisión, que casi es una enmienda radical, pretenden darle una forma jurídica más acorde con un hospital público – quizá una fundación– y sobre todo otra ubicación, para que no pueda haber ninguna duda en la puerta de entrada de los pacientes y en el uso de los equipamien­tos. Ahí aparece de nuevo Sagrat Cor.

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