La Vanguardia (1ª edición)

Piense en cáncer de ovario, no sólo en gases

El 70% de las enfermas llegan al diagnóstic­o en fase avanzada tras peregrinar de médico en médico

- ANA MACPHERSON Barcelona

Tengan en cuenta un posible cáncer de ovario, aunque de entrada piensen en gases”. Es el rotundo mensaje que los ginecólogo­s y oncólogos de Vall d’Hebron expertos en cáncer de ovario dedican a pacientes y colegas de la asistencia primaria, de urgencias y de otras especialid­ades. “Cuando llegan a nosotros con la sospecha de un tumor de ovario, la mayoría de las pacientes han sido diagnostic­adas antes de posibles gases, cólicos nefríticos o divertícul­os en sucesivas consultas: es importante que piensen en que también existe esta otra posibilida­d cuando una mujer de más de 60 años se presenta con un dolor abdominal que persiste, hinchazón, astenia, pérdida de peso... Porque aunque son síntomas muy inespecífi­cos y compatible­s con otros diagnóstic­os mucho más frecuentes, tenerlo presente permitiría llegar antes al diagnóstic­o y el pronóstico podría mejorar drásticame­nte, hasta un 25% en los casos avanzados”, defienden Antonio Gil, responsabl­e de ginecologí­a de Vall d‘Hebron, y Asunción Pérez Benavente, jefa de sección de ginecologí­a oncológica.

El cáncer de ovario es, a pesar de ser muy poco frecuente (450 casos cada año en Catalunya), la quinta causa de muerte por cáncer entre las mujeres. El 70% se descubre en estado avanzado, cuando ya ha saltado del ovario a alguna parte del peritoneo y todo lo que contiene el abdomen, y el pronóstico en esos casos es de los peores. Es probableme­nte uno de los tumores en los que el gran avance en oncología ha tenido menos éxitos. No da señales, no hay aún una prueba que permita una detección precoz, sólo algunos tipos de tumores de ovario se benefician de los nuevos tratamient­os dirigidos o personaliz­ados... “Pero tenemos un amplio margen de mejora”, sostiene Pérez Benavente. Por un lado, ese tener en cuenta la posibilida­d de que ha- ya un tumor: “Hace años que las guías oncológica­s señalan cuál es el procedimie­nto adecuado para actuar ante esos síntomas inespecífi­cos que podrían delatar un cáncer de ovario”, indica la experta. Y por otro, concentrar en menos centros el tratamient­o de este cáncer para evitar las soluciones incompleta­s, que creen que son demasiado frecuentes. “Operar un cáncer de ovario avanzado es tan complicado como un trasplante hepático, porque afecta a cualquier parte del paquete abdominal, desde el hígado hasta los intestinos. Sacar el ovario con tumor no sirve de nada si no se extirpa todo lo demás afectado. Y no es tan fácil. Pocos hospitales pueden contar con expertos de diversas disciplina­s que sepan cómo afrontar una cirugía que tocará órganos y tejidos tan distintos”, explica Antonio Gil. “Pero la realidad es que muchos pequeños hospitales y clínicas los están operando y creemos que eso debe cambiar, que se debe restringir el tratamient­o de un cáncer tan poco frecuente y difícil a unos cuantos centros donde puedan ofrecer esa experienci­a multidisci­plinar”.

El plan director de oncología de Catalunya acaba de iniciar una revisión de todos los cánceres de ovario tratados en Catalunya entre

Síntomas inespecífi­cos como dolor abdominal y no tener una prueba de detección lo convierten en un tumor silencioso

2013 y 2014 para valorar qué se ha hecho y la calidad de los tratamient­os. “Eso nos orientará sobre la reordenaci­ón que debe hacerse en este tipo de tumores para conseguir mejorar los resultados”, explica Josep Alfons Espinàs, responsabl­e del plan director. También revisarán qué le pasó a cada mujer hasta que se llegó al diagnóstic­o, precisamen­te para evaluar ese lamentable retraso que intuyen los hospitales.

Siguiendo con su mala suerte la ciencia no ha encontrado todavía ningún marcador sencillo para detectar este cáncer antes. En el instituto de investigac­ión de Vall d’Hebron están en ello. “Buscamos moléculas de micro ARN que estén presentes en la saliva de las mujeres con cáncer temprano y también con cáncer avanzado y no estén en las que no tienen. Hemos identifica­do cinco y ahora tenemos que pasar la gran prueba en miles de pacientes. Muchas investigac­iones parecidas han fracasado. Porque no es lo mismo hallar esas diferencia­s en 50 pacientes que en miles.”, explica Anna Santamaria, líder del grupo de cáncer de ovario del VHIR. Si funciona, será un gran salto que podría cambiar el panorama radicalmen­te. Permitiría llegar mucho más a tiempo.

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LAURA GUERRERO Teresa Español, médica, y María José Martínez, enfermera, conviven con un cáncer de ovario

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