“Me detectan otra lesión, me tratan, convivo con eso”
María José Martínez, 70 años, enfermera, lleva cuatro de slalom con su cáncer de ovario. “Tengo la suerte de estar en tratamiento dirigido porque el mío es por una mutación genética, el BRCA2. A mi hija le causó la muerte antes de que estuvieran disponibles estos medicamentos”. El primero se lo detecta- ron en un control anual al que someten a todo el que tiene esa mutación conocida. Operada y limpia. Al año y medio, metástasis en el peritoneo. Luego el pulmón y ahora una lesión en riñón. “Me lo detectan, me tratan, convivo con él. Hasta el punto de que he ampliado mi voluntariado de lunes a viernes”. Teresa Es- pañol, médica inmunóloga retirada de Vall d’Hebron, pertenece a la minoría detectada sin metástasis (30%), gracias a una ecografía ginecológica durante un control rutinario. Intervenida rápidamente en el propio hospital hace diez años, sigue libre de cáncer y, dice, “ya me han dado de alta”.