La Vanguardia (1ª edición)

El rey del sufrimient­o

El Atlético se mete en la final amparado en la gran actuación de Oblak

- CARLOS NOVO Madrid

Un gol de Antoine Griezmann que dará que hablar –el francés estaba en posición levemente adelantada cuando empató el partido al recibir un pase de Fernando Torres– hizo buena la ventaja mínima de la ida y metió al Atlético en la final de Milán del día 28. Hasta ese momento, el Atlético se había visto superado en todo y si no estaba fuera de la eliminator­ia fue gracias a una actuación memorable de Oblak, que hasta le sacó un penalti a Thomas Müller. Por si no fuera suficiente polémica, el turco Çakir pitó un penalti de Javi Martínez a Fernando Torres a cinco minutos del final cuando la falta había sido fuera del área. Neuer detuvo también el penalti.

Pep Guardiola abandonará este verano el Bayern con destino a Manchester con la tristeza de haber caído en las tres semifinale­s disputadas de la Champions ante Real Madrid, Barcelona y Atlético. Pero la clasificac­ión para la final del equipo colchonero no cierra el debate de los estilos. El Bayern fue mejor durante casi todo el partido. Buscó con fe y fútbol la remontada ante un adversario fiado sólo a su fortaleza defensiva y al estado de forma de su portero, tocado por los dioses a lo largo de toda la competició­n.

La presión del Bayern nunca llegó a descompone­r del todo la férrea defensa del Atlético, que vivió una auténtica tortura casi todo el partido, pero en especial el últi-

EL HÉROE Oblak detuvo una pena máxima a Thomas Müller y resultó el jugador decisivo de toda la eliminator­ia

mo cuarto de hora, cuando el Bayern fue un vendaval a la caza de un gol salvador.

El duelo de estilos se produjo porque no podía ser de otra manera. El Bayern dominó el balón a placer, lo jugó con paciencia y buscó las bandas con Ribéry y Douglas Costa. Nunca dio un balonazo sin sentido, fue vertical sin caer en la precipitac­ión.

El Atlético se aprestó a resistir desde el minuto uno. Muy tirado atrás, le faltó darle salida al balón, tener un mínimo de presencia de medio campo para adelante. Sin esa pizca de intimidaci­ón al rival, resistir noventa minutos se antojaba una misión casi imposible en un Allianz Arena crecido.

Con todo, pocos equipos saben resistir tanto como el Atlético.

DECISIONES POLÉMICAS Griezmann partió de posición adelantada en el gol y el penalti a Fernando Torres fue fuera del área

LA BATALLA DE ESTILO S El Bayern jugó mucho mejor que el Atlético, pero Guardiola vuelve a quedarse sin final EL GOLEADO R Griezmann, que lleva siete goles en esta Champions, fue una vez más el mejor estilete de los colchonero­s

Con una línea de cuatro centrocamp­istas –Augusto, Gabi, Koke y Saúl– dispuestos a picar piedra como unos defensores, más el partido se le empinó al equipo de Simeone desde muy pronto. Sin sufrir un agobio en toda regla porque Oblak apenas tuvo que intervenir en los primeros 25 minutos, cualquiera podía ver que por ese camino el accidente podía llegarle en cualquier momento. En el momento que más le llovía, al Atlético le cayó el primer gol. Augusto cometió la imprudenci­a de rebañar a Alaba en la frontal del área y Çakir cobró una falta que tenía toda la pinta de ser muy peligrosa. La barrera se pobló con medio equipo rojiblanco. Chutó duro y por el centro Xabi Alonso y Giménez se apartó de forma calamitosa, rebotándol­e el balón y despistand­o lo suficiente a Oblak.

El gol encorajinó al Bayern, llevó la euforia al Allianz y desquició a Giménez, que en la jugada siguiente agarró hasta blocar a Javi Martínez en el área en las narices de Çakir. El claro penalti lo tiró Thomas Müller. Pero Oblak lo atajó, como luego el remate a bocajarro de Xabi Alonso. La espléndida parada permitió al Atlético llegar vivo al descanso, aunque con el susto en el cuerpo.

Con Carrasco por Augusto de salida, la segunda parte no pudo empezar mejor para el Atlético. En su única contra y en tres toques, marcó. Torres le dio el último pase a Griezmann, que en posición que parecía adelantada corrió como un gamo para plantarse ante Neuer y batirle de tiro cruzado. La eliminator­ia cambiaba de color. El Bayern pareció aturdido casi quince minutos.

Pero no es el Bayern un equipo que tire la toalla nunca. Sobre la media hora volvió a meterse en la semifinal con un buen cabezazo de Lewandowsk­i a centro también de cabeza de Arturo Vidal.

Le quedaba lo peor al Atlético. Resistir quince minutos de forma heroica, más con el alma que con el fútbol. Y sin embargo, pudo marcar Torres el 2-2 en otro regalo del árbitro turco, compensaci­ón histórica a Babacan, el Guru

ceta de los colchonero­s. Tiró mal el penalti Torres, paró Neuer y tocó resistir una vez más a las bravas, con Oblak convertido en un muro, una derrota que le vale al Atlético para enterrar para siempre la leyenda de el pupas y devolverle a la senda de la historia.

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PETER KNEFFEL / EFE Los jugadores del Atlético felicitan a Antoine Griezmann tras el tanto marcado por el delantero francés

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