Ojos de leyenda que no muere
Donald Sutherland resucita en ‘Crossing lines’ de 8TV a pesar del rumor de internet que le dio por fallecido
Un rumor de internet le dio por muerto durante una horas que fueron virales y tristes en las redes sociales. Pero Donald Sutherland sigue vivo en la vida real y en la teleserie Crossing lines, que 8TV estrena en España. Sutherland goza de una mala salud de hierro, parece que se casa otra vez y desea tener una criatura. Con ochenta años en sus ojos azules, es el hombre más sexy del mundo de este año y del pasado, según la revista Glam’mag. Una leyenda entre mitos y un mito entre leyendas del cine. Nacido en Canadá y formado en el Reino Unido y Estados Unidos, desfilan por su biografía y por sus más de setenta películas Brandon, Altman, Clint Eastwood, Jane Fonda, Michael Caine, Christopher Lee, Fellini, Bertolucci, Robert Redford, Susan Sarandon, Robert De Niro, Kevin Costner, Dustin Hoffman, Morgan Freeman, Nicole Kidman… Tiene una estrella en el paseo de la Fama de Hollywood y es el actor mejor pagado del mundo. Oficial de la Orden de Canadá, a los trece años ya daba miedo en una película italiana de horror. Desde entonces, ejerza de bueno o de malo, su mirada impenetrable e inescrutable lo ha hecho siempre un actor inquietante.
En Crossing lines, Sutherland es Michel Dorn, miembro de la Corte Penal Internacional de Justicia que se ha pasado toda su vida persiguiendo a criminales de guerra. Un niño polaco que pasó a cuchillo con sus propias manos a los dos soldados nazis que asesinaron a su familia. Con una mentalidad así, y de la mano del mismo creador de Mentes criminales, puede esperarse cualquier cosa menos la mediocridad. Dedicado a perseguir crímenes y delitos en distintos países de Europa, Dorn cuenta con un equipo policial de elite que no repara en medios. Precedida del éxito en todos los países europeos, americanos y orientales que la han emitido, Crossing lines es una serie de lujo con un Sutherland de más lujo todavía. Con esa sangre fría y cerebro difícil de captar que le han acompañado durante tantos papeles de su vida como actor. Porque Sutherland es de aquellas personas a las que se ve venir de frente y no se adivina si va a matar o a abrazar, aunque sea octogenario y venerable. De gestualidad impasible, con tanta sabiduría y experiencia acumuladas y con un equipo a su medida, caza criminales como los criminales cazan a sus víctimas. Y sus presas no se le escapan.
Uno de los atractivos de la teleserie es el constante cambio de escenarios y de ciudades europeas y el elenco internacional de sus actores, lo que la hace más cercana a la audiencia que otras producciones estadounidenses de su estilo. La presencia de Sutherland, además, le da empaque y elegancia, ya que es de aquellos señores con un tipo que con cuatro trapos que se pongan se les ve distinguidos en cualquier ciudad europea que sepa apreciar la distinción. Sutherland es también uno de aquellos actores a los que sientan bien el envejecimiento y el paso de los años y de las sucesivas esposas, circunstancias que se le notan hasta cuando sonríe y no se sabe si va a matar o a besar.