Sinceramente tuyo
Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio..., cantaba Serrat con poético realismo. El mismo que debería entonar el independentismo en este su momento convulso. Y no por los ataques foráneos ni por las dudas ajenas, sino por sus propias debilidades fruto de la falsa unión de sus partidos. Lo más sorprendente es que parecen tan decididos a darle la razón al inefable Aznar vaticinando división interna que ya ni reciben el impulso exterior. A falta de este aliciente ni siquiera es aplicable el teorema Forcadell, así bautizado por Lluís Bassets a partir de la constatación de la entonces presidenta de la ANC. Pregonaba la actual titular del Parlament que en momentos de decepción idealista siempre aparece un enemigo español convertido en falso aliado que revitaliza el secesionismo. Y así ha sido hasta fechas recientes. Ahora ni esto.
Es lógico. Pregúntense qué van a decir Montoro y sus colegas ante la batalla por la subida de impuestos. Se limitan a observar y callar. Cosa distinta es si estuviéramos discutiendo sobre señas de identidad incuestionables, calendarios improcedentes o gobiernos improductivos. Pero no. Hablamos de cartera, que en tiempos de crisis permanente
El espectáculo de esta semana es digno de ponerle un marco; pero es lógico y no debería sorprendernos
complementa, para bien o para mal, la bandera. El espectáculo de esta semana es digno de ponerle un marco. Pero también es lógico y no debería sorprendernos.
Detrás del debate tan interesante como inadecuado desde el punto de vista del proceso, hay ideologías tan plurales como legítimas. Y haber hecho creer que el paraguas del bien supremo cubriría a todo ciudadano de buena fe por muchos chuzos de punta que cayeran se ha convertido en una falacia digna de ser estudiada por los estrategas de la propaganda. Por eso, quienes meses atrás hacían las preguntas imprescindibles para ayudar a tener una opinión tan razonada como necesaria, eran tildados de aguafiestas y se les contestaba que aquel no era ni el momento ni el lugar de cuestionarlo. Visto con ojos de hoy, estaban en lo cierto. El momento tenía que ser este. En plena carrera contra reloj de los dieciocho meses y cuando pareciera menos conveniente. También cuando la ANC estuviera en campaña para elegir su secretariado permanente, sumiéndose en un pugilato vergonzante a través de burdas campañas internas de intento de desprestigio personal, porque los partidos han decidido pugnar por su control y procurar que ese organismo quede reducido a su mínima expresión para no interferir en la línea de freno al proceso.
Me temo que el buen independentismo real está empezando a descubrir falsas políticas independentistas escondidas tras vehementes discursos. Es normal. Porque, como seguía cantando Serrat, no es prudente ir camuflado eternamente por ahí ni por estar junto a ti ni para ir a ningún lado. Por cierto, el título de la canción es el de esta columna.