‘Indignados’ con cargo público
MAÑANA SE CUMPLEN CINCO AÑOS DEL GRITO “NO NOS REPRESENTAN” QUE SE EMPEZÓ A OÍR ANTE LAS INSTITUCIONES Y EN LAS PLAZAS DE ESPAÑA. HOY SON ALGUNOS DE AQUELLOS NOTABLES ‘INDIGNADOS’ LOS QUE MÁS NOTORIAMENTE EJERCEN ESA REPRESENTACIÓN
La flamante coalición entre Podemos e Izquierda Unida y el abrazo de sus líderes en la puerta del Sol, el pasado lunes en video difundido en Facebook, cobra todo el sentido del mundo si uno pone el retrovisor sobre ese mismo lugar (mañana se cumplen cinco años del movimiento 15-M) y lo centra en el militante de IU y profesor de Economía en precario –cobraba 800 euros en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla– que entonces era el joven de 25 años Alberto Garzón. Quién le iba a decir cuando andaba predicando sus ideales y conocimientos por ésa y otras plazas de Madrid y Málaga, que tres meses después se convertiría en candidato a diputado por Málaga... Y de ahí hacia adelante hasta ser hoy uno de los grandes protagonistas de la nueva política.
“Al llegar a esas plazas, algunos nos pusimos a dar casi clases de Economía; a explicar lo que era la deuda pública, la prima de riesgo... Y gente de todo tipo venía con papel y boli a apuntar, ¡a aprender!”, se admira todavía Garzón. “Creo que eso era síntoma de una repolitización iniciada en aquel 15-M, aunque apoyada en procesos previos, que ha continuado todo este tiempo”; un tiempo “en el que la política se ha hecho moda, e incluso en objeto del espectáculo de los sábados por la noche”, opina el ahora colíder de una nueva izquierda española que es el gran revulsivo del 26-J de 2016.
Entre su paso por las asambleas de indignados y su elección como diputado en noviembre de 2011, Alberto Garzón saltó a la fama a raíz
de una combativa intervención en una tertulia de televisión (59 segundos, en TVE) y escribió un libro, Hay alternativas, junto con dos profesores, Vicenç Navarro y Juan Torres: los mismos que tres años después harían el primer documento programático de calado de Podemos. Todo cuadra.
En el 15-M “aprendimos que las cosas se podían hacer de otra forma. Quitamos etiquetas, rompimos esquemas y cambiamos marcos. Escuchamos otros puntos de vista. Y abrimos la puerta a dejar de pedir a los partidos para hacer las cosas nosotros, la gente”, dice sobre el 15-M el entonces abogado y cofundador de la PAH en Madrid, el hoy dirigente y diputado de Podemos en el Congreso Rafael Mayoral, otro protagonista de esa movilización. De aquellos días, él destaca una frase: la contenida en la pancarta de 20x10 metros que, desplegada el 21 de mayo en el edificio que coronaba el cartel de Tío Pepe y hoy ocupa Apple, rezaba: “¡Viva la lucha del pueblo sin miedo!”. Eso “lo resume todo”, opina Mayoral. La pancarta a la que se refiere el parlamentario la confeccionaron entre otros –la noche del 20 de mayo en la Facultad de Filosofía de la Complutense– la estudiante de Políticas Rita Maestre (23 años) y el sociólogo y estudiante de Antropología Pablo Padilla (22), ambos portavoces del movimiento Juventud sin Futuro, cuya enorme manifestación del 7 de abril anterior fue germen del propio 15-M. Maestre, actual portavoz del gobierno del Ayuntamiento de Madrid y dirigente de Podemos, fue además una de los activistas que, para evitar problemas con la policía, introdujeron aquella voluminosa pancarta en la Puerta del Sol... ¡en una maleta! “Intentamos aparentar que éramos guiris, por si acaso”, cuenta. Ella también subraya el texto del cartelón y, tanto o más, el momento en que la desplegaron y la gente estalló en aplausos y gritos. “Fue un momento clave de eclosión. Eso era: no había que tener miedo. Muy emocionante”.
¿Qué iba a llevar a estos manifestantes e incipientes conductores de masas a dar el salto a unas instituciones a cuyos responsables habían combatido tan duramente? Maestre, que se define como partisana “en el sentido original de formar parte y ser partidaria de algo”, habla de “reflexión colectiva” sobre el hecho de que las instituciones se mostraran “impermeables” ante las demandas de solución a los problemas de la gente. Padilla, hoy diputado de Podemos en la Asamblea de Madrid, lo resume así: “Fue el bloqueo institucional ante masivas movilizaciones por demandas de mínimos democráticos lo que me impulsó a apostar por la vía institucional”. Y añade: “Es un camino lleno de dudas y contradicciones que, afortunadamente, recorro con grandes compañeros y compañeras”.
A más de 600 km de distancia, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, acababa de ser madre cuando la plaza Catalunya se llenaba de indignados dispuestos a cambiar las reglas del juego. Eso no le impidió participar en los debates y asambleas surgidos de forma espontánea. Colau ya formaba parte de la PAH, plataforma que cobró su mayor protagonismo a raíz del 15-M. La plaza fue el punto de encuentro de muchos de los nuevos políticos que hoy comparten candidatura en las confluencias de izquierdas Catalunya Sí que es Pot y En Comú Podem. El líder de esta última, Xavier Domènech recorrió las calles de Barcelona en la manifestación previa a la acampada gritando “no nos representan”. En el Parlament, el diputado de Podemos Albano Dante Fachín aún se emociona al recordar lo vivido y aprendido esos días: “Me cambió como persona”, asegura. Su compañero en la cámara catalana Lluís Rabell pasó muchas horas organizando actos y debatiendo en asambleas en representación de la Federación de Asociaciones de Vecinos.
A José María González, Kichi, la conciencia social le venía de serie pero el 15-M terminó por activarla. El actual alcalde de Cádiz pasó largas horas de asamblea en la plaza del Palillero. “El 15-M nos permitió encontrarnos, darnos cuenta de que éramos muchos los que pensábamos de manera similar”, asegura. Él, además, conoció allí a Teresa Rodríguez, líder de Podemos en Andalucía y su actual pareja.
El hoy diputado en el Congreso por la coalición En Marea y promotor de la Marea Atlántica que gobierna en A Coruña, Antón Gómez-Reino, Tone, participó en el 15-M coruñés que tuvo como escenario el Obelisco, en los Cantones. Amigo de Pablo Iglesias desde las protestas antiglobalización de Génova, Tone se había curtido ya en Chiapas.
INFORMACIÓN ELABORADA POR: FERNANDO GARCÍA, MAITE GUTIÉRREZ, ANXO LUGILDE Y ADOLFO S. RUIZ
“¡Viva la lucha del pueblo sin miedo!”, decía la pancarta que aún recuerdan Padilla, Maestre y Mayoral “No nos representan”, gritó como uno más Domènech, que casi 5 años después ganaría el 20-D en Catalunya