Tricampeón al ataque
Desde la ‘pole’ de Montmeló, el inglés se propone lo imposible: dar la vuelta al Mundial
Lewis Hamilton quiere intentar lo imposible en el Circuit de Catalunya y, contra toda lógica y estadística, empezar a construir el milagro desde la pole: remontar 43 puntos y dar la vuelta al Mundial de fórmula 1, liderado por Nico Rosberg desde el inicio, con cuatro triunfos consecutivos.
Muy probablemente, Lewis Hamilton nunca haya oído hablar de Eduardo Mendoza, y seguramente desconozca que Barcelona es La ciudad de los prodigios. Pero en el circuito que lleva su nombre, el tricampeón inglés quiere intentar lo imposible, empezar a construir el milagro desde la pole: remontar 43 puntos y dar la vuelta al Mundial.
Contra toda lógica y estadística. Nunca en las 66 ediciones del campeonato un piloto que acumuló cuatro o más victorias en las primeras carreras dejó escapar el título. Michael Schumacher, Nigel Mansell y Ayrton Senna ratifican esa ley no escrita. Nico Rosberg (4 de 4) pretende refrendarla, y hoy en Montmeló acabar con la maldición de Schumacher: desde que Michael ganó de 2001 a 2004, nadie en el Circuit ha encadenado dos victorias seguidas. Hamilton cuenta con el favor de la pole. Ahí está una de las claves de correr en Montmeló: la dificultad para adelantar. Por eso, salir el primero facilita la vida: en 19 de las 25 carreras ganó el poleman. Sólo ha habido dos excepciones en las últimas 10 ediciones (Alonso, 2013, saliendo 5.º, y Vettel en 2011, saliendo 2.º). Rosberg aspira a ser el tercero. Aunque viéndole la cara que hacía junto a Lewis, sabe de la dificultad de la gesta. “Quería salir primero, pero Lewis simplemente fue más rápido. Afortunadamente, lo que cuenta es la carrera, así que tengo un par de oportunidades: en la salida y en la estrategia”, decía el alemán, que busca su quinta victoria consecutiva de inicio, lo que sólo lograron Schumacher (2004) y Mansell (1992).
Con los representantes españoles alejados de las opciones de podio, centrados en pelear por los puntos –Carlos Sainz, 8.º; Fernando Alonso, 10.º–, la carrera que abre la fase europea se ha animado con nuevos alicientes de la mano de Hamilton y los dos invitados sorpresa, los chicos de Red Bull, Daniel Ricciardo y Max Verstappen.
El inglés, porque modificó el guión de dominio que empezó a dibujar Rosberg el viernes. A partir de la segunda manga de calificación, Lewis emergió con fuerza, dejó al alemán a 6 décimas y rompió su hegemonía de los sábados con una última vuelta descomunal. Tras un inicio catastrófico de curso, Hamilton aspira hoy en Barcelona a su primer triunfo. Pero también a mostrarse como el campeón. Todavía no se le ha visto este año en modo martillo, salvo para remontar posiciones a contracorriente, ya fuese por sus salidas fallidas (Australia, Bahréin) o las averías de motor que lo martirizaron (China, Rusia).
La otra muestra de irreverencia contra el orden dominante la dieron los Red Bull, que pasaron la mano por la cara a los Ferrari. Las novedades en el monoplaza y los cambios de asiento en la escudería energética, con la promoción de Max Verstappen, les han dado alas. Ricciardo se exprimía como nunca con una calificación sensacional. No hay nada como que llegue un niñato y te saque los colores dejándote a 407 milésimas. El australiano se subía por los pianos y dejó su RB12 en el tercer puesto, a sólo 4 décimas del Mercedes de Rosberg. “Sabía que tenía más por demostrar en la Q3. Estar delante de un Ferrari era bueno, estar los dos es un gran día”, decía Daniel, que felicitaba a Verstappen, brutal en su primera crono con Red Bull, cuarto.
En la Scuderia, Maurizio Arrivabene no sabía dónde meterse. Sus bólidos rojos, que prometían guerra en el primer ensayo del viernes, quedaron relegados al 5.º y 6.º puestos. Y humillados. Räikkönen se quedó a 1,1s de la pole de Hamilton, y Vettel, a 1,3. Un meneo en toda regla. “Sabíamos que las cosas podían ser difíciles, pero no esperábamos acabar tan lejos”, admitía Vettel, que atribuía el mal resultado a “una mala gestión del coche”.
El dúo español ponía buena cara a sus actuaciones. Sobre todo Alonso, que logró estar por primera vez este curso en el top 10 de parrilla. “Por fin he entrado en la Q3 sin incidentes. Estoy muy contento por sentirme competitivo, pero de cara a la carrera es mejor salir 11.º y poder elegir el neumático. Iré al ataque desde la salida”, prometía. Sainz decía que “no esperaba más del 8.º puesto”. Sus aspiraciones pasan por rebasar a Bottas y estar en los siete primeros. “Adelantar en la pista, como que no, porque somos muy lentos en velocidad punta. Necesitamos tener más o menos degradación para ganar al Williams que tengo por delante”, dijo el madrileño.
Los Red Bull, 3.º Ricciardo y 4.º Verstappen, relegan a los Ferrari a la tercera fila, a más de 1s de Mercedes Por primera vez este curso, Alonso se clasifica entre los 10 primeros en parrilla; aspira a los puntos