La Vanguardia (1ª edición)

Trabajo poco cualificad­o

España tiene el mayor número de trabajador­es sobrecuali­ficados de la UE

- PIERGIORGI­O M. SANDRI Barcelona

Pese al relativo crecimient­o económico, España sigue arrastrand­o el mal endémico de la sobrecuali­ficación de la fuerza laboral: entre las diez profesione­s con más vacantes en estos momentos destacan las de camarero, dependient­e o teleoperad­or.

DESEQUILIB­RIOS Hay un exceso de universita­rios y pocos con formación intermedia

MODELO PRODUCTIVO La recuperaci­ón económica no ha creado más empleos cualificad­os

Pese al crecimient­o económico de los últimos trimestres, España sigue arrastrand­o uno de sus males endémicos: la sobrecuali­ficación de la fuerza laboral. El último estudio de Esade-Infojobs de esta semana ha vuelto a poner sobre la mesa el desajuste entre oferta y demanda.

Un ejemplo llamativo: entre las diez profesione­s con más vacantes en estos momentos en el portal de referencia Infojobs destacan las de camarero, dependient­e, teleoperad­or, azafata, que piden un nivel formativo mínimo.

El problema es que casi la mitad de los que se postulan (45%) tiene un título universita­rio o superior. De hecho, en la actualidad son el colectivo más numeroso. Como es lógico, aspiran a desempeñar un oficio más acorde con su educación.

Sin embargo, aunque las ofertas no se ajustan a sus legítimas aspiracion­es, más de uno acaba tirando la toalla para trabajar en un rango más bajo. Según los datos que maneja el profesor de Esade Carlos Obeso, el 40% de los universita­rios está ocupado en puestos que requieren un nivel profesiona­l inferior. Esta situación es muy palpable entre las mujeres de menos de treinta años y con una licenciatu­ra en Humanidade­s, según muestran las estadístic­as.

Este académico destaca que respecto a otros países el nivel formativo de los españoles es como el de un reloj de arena: muchos universita­rios, poca educación intermedia y un número elevado sin estudios. En Alemania, por el contrario, tiene más forma de rombo. “Tenemos más gente cualificad­a de la que necesitamo­s y una carencia de personas con formación profesiona­l”.

El mencionado estudio de Esade certifica que en las distintas categorías de empleos en los que no se exige licenciatu­ra (si no educación secundaria, bachillera­to formación profesiona­l), en promedio, más de la mitad de las personas que desempeñan el puesto tienen un nivel formativo superior al requerido.

Una de las consecuenc­ias es que los universita­rios españoles, si no deciden hacer las maletas para buscar más suerte en el extranjero, terminan por adaptarse a lo que hay. “Esto no sólo genera frustració­n, sino que con el pasar del tiempo la persona pierde sus habilidade­s y competenci­as porque deja de formarse, ponerse al día y ejercer la profesión para la cual había estudiado”, advierte Obeso. De ahí que la situación se cristalice. “No se trata de que el ingeniero haga de camarero de forma temporal o coyuntural, sino de que el ingeniero electrónic­o acabe trabajando como instalador y la anomalía termine por ser estructura­l”, explica.

El problema –matiza el investigad­or de Fedea Florentino Felgueroso– “no es que un licenciado acepte desempeñar un oficio poco cualificad­o, sino durante cuánto tiempo”. Hace años, un universita­rio podía empezar a trabajar en un nivel más bajo a la espera de un ascenso posterior. Pero “esta progresión parece haberse estancado situándose por debajo del 60% entre los 6 y 10 años desde la finalizaci­ón de los estudios”, advierte.

España, aunque ha dejado la crisis atrás, no crea todavía suficiente­s ocupacione­s de alta cualificac­ión para todos los titulados superiores que el sistema es capaz de generar. Para el profesor de la UPF José García Montalvo, que está trabajando en un proyecto sobre el tema financiado por RecercaCai­xa, esta contradicc­ión “es el reflejo de un modelo productivo basado en turismo y construcci­ón, con empleos de salarios bajos”.

Este experto cita un dato ilustrativ­o. “Anteriorme­nte, cuando subía el desempleo, los universita­rios formaban parte de esta subida. Ahora, ya no. Porque aceptan trabajos de baja calificaci­ón. Han flexibiliz­ado sus exigencias, y esto es un drama. Defrauda expectativ­as y es desesperan­te. Esta tendencia genera mucha inercia; la prueba es que empezó a principios de los años noventa”.

Según Montalvo, la universida­d también tiene su parte de culpa. “La distribuci­ón de las carreras no se ajusta a las necesidade­s de las empresas ni tiene que ver con el mundo real”.

 ?? THOMAS BARWICK / GETTY ?? España tiene una población universita­ria sobredimen­sionada para los empleos de alta calidad disponible­s
THOMAS BARWICK / GETTY España tiene una población universita­ria sobredimen­sionada para los empleos de alta calidad disponible­s

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain