El 15-M celebra su quinto aniversario al margen de los políticos
Madrid celebra el quinto aniversario del 15-M con un singular telón de fondo: el incendio de Seseña
La humareda de Seseña todavía es visible desde los pisos altos de la ciudad de Madrid. Los neumáticos siguen ardiendo en el mayor vertedero ilegal de ruedas de automóvil de Europa. La columna de humo no acaba de desvanecerse en el horizonte sur, un poco más allá de Pinto y Valdemoro. Cuando empezó la crisis, los periodistas extranjeros que viajaban a España para informar del pavoroso estallido de la burbuja inmobiliaria, nada más aterrizar en Barajas, cogían un taxi hacia Seseña para contemplar con sus propios ojos la ciudad fantasma construida por el empresario Paco el Pocero, entonces prácticamente deshabitada.
Años después en la urbanización de Seseña viven unas nueve mil personas, todavía escasas de servicios públicos. A unos centenares de metros de los pisos discurre la radial R4, autopista privada en quiebra que cerrará al tráfico en otoño. Al otro lado de la autopista fantasma, siempre enfrente de la urbanización, arden los neumáticos de un vertedero cuyo titular se ha dado a la fuga. La concesión se hizo a dedo y corresponde a una empresa senegalesa fantasma. Todo es fantasmagórico en Seseña. Es impresioun nante. Seseña es un poema. La humareda de Seseña es la humareda de España.
Mientras el incendio de los neumáticos se apaga, Madrid celebraba ayer la fiesta de San Isidro y el quinto aniversario de otra humareda. Al filo de las siete de la tarde, unos cuantos miles de personas comenzaron a desfilar de Cibeles a Sol para rememorar la gesta del 15 de mayo del 2011, que algo tuvo que ver con el poema social de Seseña y con el hundimiento de la turboeconomía.
En Cibeles se halla la sede del Ayuntamiento, el monumental palacio de Comunicaciones, con una pancarta en el balcón que hace cinco años no estaba. “Welcome refugees”, dice la pancarta, ya un poco trabajada por el sol y la lluvia. Poema irónico puesto que la humeante España ha acogido número irrisorio de refugiados sirios desde que se dispararon las alarmas en las costas de Grecia. Ayer mismo, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, anunció que antes de que finalice junio, España recibirá 150 refugiados sirios, cifra que sin duda alguna no va a provocar ninguna tensión en los cimientos sociales del país. “Welcome refugees” dice la voluntariosa pancarta del palacio de Cibeles. Hace cinco años no estaba, y esto también tiene algo que ver con la humareda de Seseña, digo con la humareda del 15 de mayo del año once.
Las radiaciones del 15-M han entrado en las instituciones, y esa realidad estaba presente ayer en la celebración. El paisaje humano era el mismo que hace cinco años, con más relajación, como si se andase un camino ya explorado. Una masa conectada por internet es una multitud según la nueva teología de las redes sociales. Una pequeña multitud inalámbrica ocupó ayer la Puerta del Sol madrileña. Muchos carteles individuales y algunas banderas republicanas. Entre los carteles, elegiría uno, portado por una anciana: “Después del 2-M ganó Fernando VI, después del 14-A ganó Franco, después del 15-M ha ganado Rajoy. Reflexionemos”.
Falta poco más de un mes para la angustiosa repetición de las elecciones generales y la humareda de España sigue siendo visible desde todos los pisos altos de Europa y Estados Unidos.