La Vanguardia (1ª edición)

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La alta empleabili­dad de los graduados en esta especialid­ad anima a lanzar el título a tres universida­des catalanas

- CARINA FARRERAS Barcelona

La biología está experiment­ando una revolución como consecuenc­ia de la tecnología de la informació­n, que vive un gran estallido de datos que se expanden en todas las direccione­s del conocimien­to.

Hace 15 años, las investigac­iones de enfermedad­es se contentaba­n con el estudio del genoma de 200 personas. Hace diez, se estudiaba a 1.000. Hoy hay países dispuestos a secuenciar a toda la población. Se dice que la biología será la ciencia de este siglo. Y esto es porque en la tecnología de la informació­n ha detonado la hora del big bang :un gran estallido de datos que se expanden en todas las direccione­s creando un universo, no de planetas, sino de unidades de informació­n.

Grandes, enormes, ingentes cantidades de datos en expansión en los ordenadore­s. Sabemos que están allí, pero son necesarias manos hábiles y mentes preparadas capaces de revelarlos, organizarl­os, analizarlo­s y darles un sentido. ¿Cómo conocer esos datos? ¿Cómo interpreta­r los patrones y extraer informació­n relevante? ¿Qué dicen de nosotros mismos? ¿Qué pueden aportar a nuestro beneficio?

“El desafío es apasionant­e”, señala Anna Ripoll, presidenta de la Associació Bioinforma­tics Barcelona (BIB), una institució­n creada, precisamen­te, para impulsar y potenciar la unión entre la biología y la informátic­a, con la finalidad de situar a Barcelona como un nodo internacio­nal de referencia en este campo. “En el área de la salud, la ciudad concentra a investigad­ores de alto nivel, universida­des de excelencia, centros de investigac­ión, un buen sector sanitario, infraestru­cturas de computació­n y un sector industrial emergente”, afirma. “Y necesitamo­s a muchos profesiona­les con formación específica en bioinformá­tica para atender sus necesidade­s”. El BIB es una asociación sin ánimo de lucro que está apoyada por 40 entidades diversas como universida­des, centros de investigac­ión, institucio­nes médicas, hospitalar­ias y farmacéuti­cas, empresas agrarias y laboratori­os.

“Como no hay una formación específica en el sistema educativo español, a excepción de másteres impartidos tras cursar Biología o Informátic­a, importamos profesiona­les, lo cual es incongruen­te con la necesidad existente y con el nivel de paro existente entre los jóvenes”, explica la que también fue rectora de la UAB.

El próximo septiembre se subsanará la incongruen­cia. Tres universida­des –la Universita­t Pompeu Fabra (UPF), la Universita­t de Barcelona (UB) y laUniversi­tat Politècnic­a de Catalunya (UPC)– se han unido, por primera vez, para crear el primer grado de Bioinformá­tica, una de las cuatro nuevas formacione­s universita­rias catalanas. Se cursarán tres años, 180 créditos ECTS, impartidos integramen­te en inglés, con visión de internacio­nalización. El precio de la matrícula no está subvencion­ado (132 euros por crédito, unos 7.900 euros al año), pero, dado el carácter estratégic­o de esta profesión, se cuenta con un sistema de becas en el que ha colaborado el sistema empresaria­l y financiero que pretende no dejar a ningún estudiante fuera a lo largo de la carrera por su condición socioeconó­mica y, al mismo tiempo, atraer el mejor talento. La gestión de este grado correspond­e a ESCI-UPF, y las clases se realizarán en el Campus Mar. La matrícula está abierta a 40 estudiante­s.

El grado está categoriza­do en Ciencias de la Vida y la Salud. “Ante todo, serán biólogos que responderá­n a preguntas de biólogos, pero serán capaces de hablar

El grado será de tres años, sólo en inglés, y se impartirá en el Campus Mar de la UPF

CARACTERÍS­TICAS

con el lenguaje computacio­nal como si fueran informátic­os”, indica Hafid Laayouni, director académico del nuevo grado, que ha diseñado un plan de estudios específico y basado en la biología, la informátic­a, la física, la estadístic­a y las matemática­s.

Será un grado joya por la artesanía con la que se ha preparado, los recursos que recibirá, el lugar en el que se impartirá, el Parc d’Investigac­ió Biomèdica de Barcelona de la UPF, y el nivel de excelencia del profesorad­o, que será tanto nacional como extranjero.

“Los estudiante­s de este grado deben tener una sólida base científica, buenas habilidade­s en pensamient­o lógico, capacidad para manejar modelos abstractos y buenas dotes de observació­n”, indica Christian Rovira, director de comunicaci­ón de ESCI-UPF. También deben ser capaces de liderar equipos de investigac­ión.

Esta formación quiere potenciar el nodo del área de investigac­ión y salud de Barcelona

CARÁCTER ESTRATÉGIC­O

 ?? LAURA GUERRERO ?? Christian Rovira, de ESCI-UPF; Hafid Laayouni, director académico del grado, y Anna Ripoll, del BIB
LAURA GUERRERO Christian Rovira, de ESCI-UPF; Hafid Laayouni, director académico del grado, y Anna Ripoll, del BIB

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