Maestro del circuito

CARLOS CASTELLÀ QUER (1957-2016) Periodista deportivo

Este fin de semana en el Circuit de Barcelona-Catalunya hemos notado un vacío enorme: la ausencia, irremplazable, de Carlos Castellà. Los veteranos –y no tan veteranos– de la profesión le llamábamos “maese Castellà”, un tratamiento de respeto a un sabio del deporte del automóvil, sobre todo de las carreras en circuito, incluido el karting, donde se forjó su afición a este mundo mágico del automovilismo.

Carlos nos dejó a las puertas de este G.P., justo cuando muchos estábamos por escribir la previa. Se va un periodista docto y sencillo; ecuánime y ponderado; siempre tranquilo y sin intentar imponer un criterio, sino razonando y explicando. Él parecía no estar, tal era su discreción, pero siempre aparecía cuando le necesitabas.

Castellà era ese periodista a quien cualquiera de nosotros podía recurrir en el caso de que la memoria sobre el pasado fallase o la nueva regla puesta en

Era ese periodista a quien cualquiera podía recurrir en caso de que la memoria le fallase

vigor pareciera incomprensible. Incluso los aficionados que se dirigían a él tenían asegurada la respuesta correcta.

Y no sólo en el caso de la F1: todo lo que sonara a circuito le era familiar, desde la resistencia al DTM, pasando por las categorías menores de los fórmulas, las World Series, la IndyCar o el mundial de turismos.

Durante muchos años, Carlos compartió periodismo con un trabajo totalmente ajeno a la prensa y al mundo del motor, al lado de José Luis Aznar, otro insigne periodista del motor pero en su caso de motociclismo y asimismo fallecido. Pero ello no era óbice para que mantuviera máxima dedicación al mundo del motor. En la actualidad, el DTM y su trabajo en MoviStar Fusion F1 , donde comentaba los grandes premios junto a Joan Villadelprat. También estaba muy cercano a Miguel Molina, el piloto de Audi para el DTM. Y sobre todo su blog, donde reunía los artículos más sesudos tanto sobre el pasado como de rabiosa actualidad.

En los últimos años, Carlos se batió contra el cáncer. Su lucha no le impidió seguir al pie del cañón dejando huella palpable de su amor por este deporte y el deseo de seguirlo divulgando. Cuando el final era ya evidente, no dudó en despedirse de sus seguidores: “No lloréis demasiado, no vale la pena. He sido muy feliz con todo y con todos, y por tanto, mi vida ha sido un éxito. La vida hay que valorarla como un todo, desde el primer al último día, no hay que considerar lo que pudo ser o lo que habría sido. Es lo que ha sido y ya está”.

Carlos estaba casado con Ana Santos y tenían dos hijos.

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