Descubridor de talento
HOWARD GARFINKEL (1930-2016) Ojeador de promesas del baloncesto en EE.UU.
El talento nace, innato en mayor o menor medida, pero hay que encontrarlo para que explote y muestre su potencial. En el mundo del deporte, la figura de un ojeador (como se le denomina en el argot técnico) es fundamental para descubrir a las jóvenes promesas. Porque en el lugar más incógnito puede hallarse el diamante en bruto con más valor.
Esa fue la gran labor de Howard Garfinkel, el ideólogo en 1965 de una gigantesca red de scouting sobre el baloncesto estadounidense de High School, que en 1966 vio la luz creando el célebre Five-Star Basketball Camp, al que acudían los mejores jugadores y entrenadores escolares de Estados Unidos. Desde 1966, unos 600 alumnos del campus han podido alcanzar su sueño de jugar en la NBA, mientras más de 10.000 han pasado por la NCAA.
Garfinkel fallecía el pasado día 7 en Manhattan, de donde era oriundo, dejando huérfano al baloncesto formativo norteamericano. Mike Krzyzewski, actual seleccionador de Estados Unidos, explicaba en una entrevista al The New York Times en 2013 su importancia en la evolución del baloncesto: “Abrió los ojos a muchos entrenadores de cómo debían llevar a los jóvenes y porque eran tan importantes los entrenamientos técnicos”.
En la nómina de jóvenes talentos que Garfinkel descubrió, figura en lo más alto un tal Michael Jordan. “Es evidente que no se necesitaban muchos minutos para averiguar que era un jugador diferente, pero es que yo se lo vi sólo con su rostro. Veía en sus ojos un alma competitiva única”, explicó el propio Garfinkel en 1999. Anteriormente ya le había echado el ojo a Moses Malone (uno de los pívots más dominantes de los 80) y Julius Erving (posiblemente el matador con más plasticidad de siempre), del que ya escribió un informe más que acertado cuando tan sólo tenía 14 años: “Tiene una capacidad física espectacular, una actitud ganadora y hace lo que quiere con el balón en las manos”. No falló.
Más recientemente también le había echado el ojo a actuales súperestrellas de la NBA como Lebron James y Kevin Durant. John Calipari, uno de los mejores entrenadores de la historia de la NCAA, la liga universitaria estadounidense, lamentó su pérdida: “Era un mentor para muchos. Un hombre de baloncesto con un ojo para fichar talento increíble. Recuerdo que nadie apostaba un duro por Grant Hill y él hablaba maravillas… y acabó siendo un siete veces All-Star y campeón olímpico”. Garfinkel nunca se casó con una mujer, sino que su verdadero amor fue el baloncesto: “Amé cada minuto de mi vida este deporte”.
A partir de 1966 abrió las puertas de la NBA a 600 jóvenes, entre ellos a Michael Jordan