Malas compañías
Siempre me he sentido soberanista, siempre he creído que Catalunya no tiene encaje alguno en España. Creo firmemente en mi país, Catalunya. No somos iguales, no queremos ser iguales, es imposible ser iguales. En la diferencia está el progreso, la innovación, la creación, la imaginación, la vida... En fin, jamás caer en el pensamiento único.
Todo esto viene a cuento sobre la relación de este Govern de la Generalitat con la CUP. Evidentemente, siempre he votado por los partidos independentistas, pero jamás lo haré a la CUP. Actualmente, y dada la situación de este partido político con nuestro Govern, antes votaría a los partidos que están por la unidad con España. Renuncio con todo mi pesar al soberanismo de mi país, Catalunya, si esto depende de las actuaciones y pensamientos de este partido político.
Las malas compañías hay que quitárselas de encima cuanto antes. Por favor, volvamos a empezar aunque perdamos tiempo, pero no podemos seguir así porque seguro que nos tendremos que arrepentir. Que vuelvan a hablar las urnas y volvamos a empezar.
ALBERT LLORENS SALANOVA
Suscriptor Barcelona