Cambio de rumbo
Los socios independentistas deberían reconocer y aceptar que ningún partido político de ámbito nacional está mínimamente interesado en el desmembramiento de una parte del territorio español; lo contrario sería nocivo para sus intereses, porque también reduciría su propio campo operativo. En esta tesitura está Podemos, ahora lo ha dejado bien patente en el País Vasco; ya lo hizo en Catalunya, en cuanto su disposición a favor de que se produzca una consulta pero sin ninguna vinculación a la independencia.
La CUP ya es harina de otro costal, su mínima contribución –pero esencial– para mantener al menos en estado latente el proyecto de los hasta ahora socios de Junts pel Sí se desvanece. Les ha estado obligando permanentemente a ir con ruedas de molino cuesta arriba, con unas exigencias imposibles de asumir. Son demasiados los obstáculos y demasiadas las quimeras, el país no puede seguir así.
Ya sería hora de que se dedicaran a gobernarlo para bien de todos, empezando por aceptar la realidad y, a partir de ahí, evolucionar hacia nuevos horizontes que les permitan establecer también otros acuerdos políticos como única alternativa posible.
JULIÁN MURLANCH
Barcelona