Elena Barraquer, pasión por cooperar
La oftalmóloga habla de la labor de su fundación en África
Elena Barraquer habrá recibido esta semana una gran cantidad de regalos con motivo de su 62 cumpleaños, que fue el lunes 30 de mayo. Pero el mejor regalo fue el que ella ofreció el jueves: un coloquio sobre su labor como cooperante con un título que no deja lugar a dudas: Passió per la cooperació. El auditorio de la Fundació RBA se quedó pequeño para el numeroso público interesado en oír sus experiencias en una animada charla con la periodista Julia Otero. En la primera fila se sentaron el conseller de Cultura, Santi Vila, el director general de la Policía, Albert Batlle, la esposa del expresident Artur Mas, Helena Rakosnik, y Joaquim Barraquer y Mariana Compte, sus padres.
La oftalmóloga explicó que desde el 2003, que se creó la fundación “gracias a que mi padre vendió un Mercedes del que sólo había tres unidades en todo el mundo”, se habrán realizado unas 11.000 operaciones de cataratas en las 89 expediciones a África y Asia. “Es mi vocación –asegura–. Todos los médicos deberían tener un espíritu solidario porque la medicina tendría que ser universal”. Y señala que su bisabuelo, el fundador de la clínica, ya abrió un dispensario para los más necesitados.
Elena Barraquer viaja con tres especialistas más de su clínica, aunque su entusiasmo ha contagiado a oftalmólogos externos que se han unido en alguna ocasión. Dice que nunca ha pasado miedo: “Si vas con la sonrisa por delante, siempre te reciben bien”. Recuerda a un pastor angoleño, Bruno, ciego, y al que operaron de cataratas 10 días antes de casarse; o de George, un senegalés de 15 años, que tras la intervención lo tiene como amigo en Facebook. “Trabajamos 14 horas diarias, porque en estos países somos su única posibilidad. En cada viaje hacemos unas 230 intervenciones. Mi récord son 55 cataratas en un día”, cuenta.
Otero le pregunta si sería mejor formar oftalmólogos del país, y Elena es concluyente: “El material implantado cuesta 150 euros, sin contar el instrumental y nuestro trabajo. En esos países, ¿quién podría pagarlo?”. La semana que viene viajará a Angola, y luego Ruanda, Argelia, Níger y Camerún.
Tras la charla se ofreció un cóctel, pero Barraquer apenas comió, prefirió repartir besos y sonrisas para agradecer la asistencia de invitados como Anna Folch, presidenta de Unicef Catalunya, Mireia Belil, directora de la Fundació Fòrum Universal de les Cultures, o los empresarios Arturo Mas-Sardà, Joan Uriach, José Cusí, Manuel Carreras y Lluís Bassat.