Rico lo serás tú
La semana pasada planteábamos en el diario una hipótesis que ha quedado confirmada estos días. La moda plebeya arrasa entre la clase política. Ahora lo que se lleva es ir de pobre. Cuanto peor lo hayas pasado en la vida, más mérito tienes. He aquí dos ejemplos recientes: 1. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha hecho ostentación de la austeridad a propósito de la comisión que investiga el presunto fraude de los cursos de formación. Allí dejó claro que aparte de ser hija y nieta de fontaneros, en su casa no abunda el dinero –percibe un salario de 63.808 euros brutos al año como máxima autoridad de los andaluces–. “Como entra muy poquito, vigilo de dónde viene hasta el último céntimo y en qué se gasta”, confesó la líder socialista. Y remató: “Qué le voy a hacer, me he casado con un tieso”. Había que dejar claro que, si ella viene de familia humilde, su marido aún más. En resumen, una pareja modesta pero honrada.
2. El extenso patrimonio del diputado cupero Benet Salellas ha protagonizado cierto debate en las redes sociales. Los militantes de la izquierda anticapitalista, antisistema e independentista también tienen casa y dinero en el banco. Y hasta bonos del Estado (español), según se puede comprobar en la declaración de vienes que publica el Parlament. No entiendo a qué viene tanto revuelo. ¿Acaso pensaba la gente que vivían en una comuna o en una tribu? Para aclarar dudas Salellas se explicó el miércoles en RAC1. Él no es rico, ¿vale? Sus bienes provienen del sudor y el esfuerzo de una familia de orígenes campesinos, insistía una y otra vez.
El elogio de la precariedad se ha institucionalizado a riesgo de banalizar la pobreza real.