Estrategia
1. El valor de una empresa reside en los bienes tangibles y en los intangibles. Hay que trabajarlos de manera equilibrada. Definir un modelo de negocio centrado en impactar sobre los criterios que nos aporten valor –los que nos posicionan en el mercado– y no gastar en acciones de bajo impacto. Conviene apoyarse sobre las propias fortalezas y buscar crecimiento en líneas de negocio complementarias a nuestra actividad principal que nos ayuden a incrementar el valor que aportamos a nuestros clientes.
2. En momentos de incertidumbre como estos, mejor no arriesgar en diversificar. Enfoquemos los esfuerzos en desarrollar la excelencia en lo que ya hacemos bien o muy bien.
3. El mercado agradece y premia la especialización como eje de producto y servicio frente a lo generalista.
4. La búsqueda de un socio o de un nuevo propietario puede resolver las carencias de estrategia o entorno para agilizar la mejora en el futuro.
5. Obtención de socios nuevos que aporten capital o captación de nueva financiación para desarrollar nuevos proyectos de incremento de valor del producto o servicio al cliente.
6. Incorporar desarrollo de nuevas patentes y/o propiedad intelectual para mejorar las capacidades del producto antes de que disminuya el valor de las existentes.
7. Apostar por la construcción de una marca reconocida y con una buena reputación es un elemento diferenciador consistente.
8. Buscar un nicho de mercado que los líderes de mayor tamaño no puedan servir adecuadamente.
9. Reflexionar sobre la posibilidad de venderse a uno de los líderes en el proceso de consolidación del sector.