De Llull a Clara Segura
Los Premis Nacionals de Cultura homenajean la literatura, el circo, el cine y el arte en el acto de entrega en Tarragona
Trascender el ámbito de la cultura y superar fronteras. Vincular el legado de una figura universal como Ramon Llull, con Ramon Casas, Enric Granados, los Pastorets de Folch i Torres y tramarlo todo con los diez galardonados de los Premis Nacionals de Cultura. El pequeño y singular teatro Metropol de Tarragona acogió anoche la entrega de estos premios que, por primera vez, reconocieron la labor de un artista extranjero, el israelí Dani Karavan
“No hay cohesión ni avance social sin el fortalecimiento de la cultura y todos los premiados han abierto nuevos horizontes”, afirmó Carles Duarte, presidente del Consell Nacional de la cultura i de les Arts (CoNCA). Los actores Oriol Grau y Maria Molins fueron los encargados de presentar una ceremonia que revisó clásicos aunando las disciplinas de cada uno de los premiados. La primera en subir al escenario fue la escritora Antònia Vicens: “Hoy me he acordado de una noche de la década de los sesenta bailando en una terraza junto al mar, cuando oí a un joven decir que ‘la Vicens se pasa las noches escribiendo y en catalán... pobrecilla’, y cuando a los veinte años te dicen que tu amante es un prófugo todavía lo quieres más... Cincuenta años más tarde, siguen presionando a mi amante pero nuestra historia de amor prosigue”.
Acto seguido, subieron al escenario cuatro bèsties de Ramon Llull, las que diseñó otro de los premiados, Joan Josep Guillén. Luego una referencia al centenario de Els Pastorets de Folch i torres para presentar a una de las premiadas más ovacionadas de la noche, Clara Segura. “Ser reconocido en casa, en tu tierra está muy bien”, reconoció y citó a Chaplin para acabar diciendo que “pensamos demasiado y sentimos demasiado poco”.
La música en directo de de Roger Conesa y su banda imprimió ritmo a una ceremonia que tuvo constantes referencias al Mediterráneo y al mar. No fue casualidad escoger este escenario, este teatro, una de las primeras obras del arquitecto tarraconense y colaborador de Gaudí, Josep Maria Jujol, está inspirado en un barco. Los Galindos, otros de los galardonados con el Premi Nacional de Cultura se refirieron a este Mediterráneo, como “un mar azul que parece rojo, por la cantidad de gente que muere ahogada; pero estamos convencidos que la cultura es la herramienta del futuro, aunque no caigamos en la cultura de la estética y del escaparate, sino en la cultura llena de contenidos y libre” .
El escritor Enrique Vila-Matas y la medievalista y especialista en la figura de Ramon Llull, Lola Badia, también subieron al escenario. El Quartet Casals, que anoche estaban en Alemania, agradecieron el premio con un video. Josep Maria Aragonés, y Rosa Fusté, de la empresa Antaviana Films, especializada en efectos especiales y que este año celebra su 25 aniversario recordaron que “sin cultura no hay país y sin cine no hay cultura”. El representante del Centre de Documentació del Patrimoni i la Memòria Carrutxa de Reus, también Premi Nacional, reivindicó que “seguiremos haciendo lo que hemos hecho durante los últimos 36 años, estudiar la cultura del sur de Catalunya, muy a menudo desconocida por una cultura oficial que ha tendido a mirar hacia el norte”.
Aunque estaba previsto que el president de la Generalitat, Carles Puigdemont fuera quien entregara el último premio, la actualidad política le impidió asistir a la ceremonia. Así que el encargado de entregar el galardón al artista plástico israelí, Dani Karavan, el primer extranjero en recibirlo, fue el conseller de Cultura, Santi Vila. Autor del memorial a Walter Benjamin de Portbou, Karavan puso voz a la memoria de los anónimos y reivindicó que Israel “ponga fin a la ocupación de la tierras palestinas, para que los palestinos puedan crear su propia patria, y así nuestras fronteras serán los olivos”. Santi Vila cerró el acto reivindicando a Llull y a los modernistas “pero todo esto no tendría sentido sino sirviera para que germinara el talento en la cultura, que está vinculado a la libertad, la curiosidad y también en la belleza”.
“No hay cohesión ni avance social sin el fortalecimiento de la cultura ”, reivindica el presidente del CoNCA