La Vanguardia (1ª edición)

A la espera de una gesta

El Nàstic tendrá que remontar en el Nou Estadi si quiere seguir soñando

- ESTEVE GIRALT Tarragona

Tocará remontada histórica. Mereció mucho más el Nàstic. El futbol le debe una a Tarragona y ojalá sea el sábado en un Nou Estadi lleno a reventar. “Somos capaces de darle la vuelta”, advirtió tras la dura derrota Vicente Moreno. Las jugadas a balón parado se convirtier­on en una tortura para sus futbolista­s, algo blandos ante un Osasuna experto en el juego aéreo. El 1-0 llegó a la salida de un córner y el 2-0 en una falta colgada al área pequeña, siempre en segundas jugadas. En un contragolp­e de libro en el inicio de la segunda mitad parecieron noquear los navarros al Nàstic con el 3-0, pero apareció el corazón de un equipo que jamás se rinde. El gol de Jean Luc da esperanzas y obliga a seguir creyendo.

No mereció el Nàstic irse al descanso con el 2-0, después de haber dominado varias fases de la primera mitad y haber creado dos ocasiones claras para marcar. Aún con el 0-0, José Naranjo disparó alto cuando una asistencia magistral de Emaná dejó al delantero andaluz sólo ante Nauzet. Muñiz tuvo la más clara, después de una gran jugada de combinació­n, pero la defensa navarra salvó en la línea de gol el chut del asturiano con el portero ya batido.

No perdonó Osasuna y sí supo sacar petróleo de sus ocasiones, generando casi siempre peligro a balón parado. Merino, la gran baza de la delantera pamplonica, demostró su olfato al aprovechar dos balones muertos dentro del área pequeña. Sin cambios tras el descanso, siguió confiando Moreno en el mismo once que salió para seguir soñando. Emaná dio el primer susto antes de llegar al primer minuto de la segunda parte. Y cuando no habían pasado ni cinco minutos el camerunés tuvo una clarísima ocasión al rematar un pase de la muerte. Salvó de forma increíble Nauzet, primero con las manos y después con el cogote.

Justo cuando el Nàstic intentaba recomponer­se y apretar más a Osasuna, apareció Kenan Kodro, hijo del exdelanter­o del Barça, para clavar el 3-0 en un contragolp­e de libro. Con el gol quedó absolutame­nte grogui el equipo tarraconen­se, pero movió rápidament­e sus piezas Moreno. Álex López y Jean Luc entraron para intentar lo imposible. La velocidad y sobre todo el tino del marfileño acabó por ser determinan­te. Jean Luc superó desde el punto de penalti a Nauzet con un disparo pegado al poste, aprovechan­do un buen centro desde la banda de Mossa.

Con el gol despertó el Nàstic pero respondió Osasuna con una consigna tan clara como previsible: perder tiempo, adormecer el partido y evitar que los de Moreno atacasen con ritmo. La insistenci­a del equipo grana a punto estuvo de tener premio gordo. Tuvo otra clara ocasión el Nàstic a dos minutos del final, pero Jean Luc no supo aprovechar el resbalón del lateral navarro y su pase, que tenía que ser el del 3-2 de Emaná, acabó en los guantes de Nauzet.

Para la hoja de quejas y agravios, que el árbitro tan sólo prolongó tres minutos después de una segunda parte con constantes interrupci­ones. Moreno acabó con las manos sobre su cabeza a pesar de que, globalment­e, no tuvo gran incidencia Trujillo Suárez en el resultado final. Demostró mucho seny el técnico grana al salir como un resorte tras el pitido final para alejar de la órbita del colegiado algunos a sus jugadores y enviarles a la zona de El Sadar donde estuvieron animando los 350 aficionado­s del Nàstic. El sábado toca milagro en Tarragona. Que nadie dude de estos futbolista­s hasta el final.

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JESUS DIGES / EFE El jugador del Osasuna Oier intenta controlar un balón ante la presión del futbolista del Nàstic Emaná

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