“No son los mejores Juegos; lo tengo claro”
Ayer, había carreras en cada uno de los rincones de la burbuja olímpica.
Fallaban muchas cosas. Las conexiones en el centro de prensa: se formaron colas alrededor de los técnicos. Los enlaces con los autobuses, todo muy disperso. Había importantes urgencias en la Villa Olímpica...
Se ha escrito sobre esto último. Hace una semana, los australianos se habían llevado las manos a la cabeza tras aterrizar en Barra de Tijuca. Se encontraron con cañerías embozadas y con agua fría en la ducha. O alguien arreglaba eso, o se iban a otro lado, dijeron.
El Comité Olímpico Español (COE) tomó nota. Mandó una avanzadilla, con Gaietà Cornet a la cabeza, y se puso manos a la obra: no querían verse ante ese mismo dilema.
Ayer, un portavoz de la delegación comentaba a La Vanguardia que Cornet había logrado corregir muchas disfunciones:
–Había cables sueltos, cañerías atascadas, obras por todas partes. Cornet pasó noches sin dormir, llamando a los técnicos. Y mira, incluso Sergio Scariolo, el seleccionador del baloncesto, me contaba ayer que sus habitaciones estaban impecables.
El asunto se convirtió en el epicentro de la catarata de ruedas de prensa que los deportistas españoles ofrecieron ayer.
Y hubo opiniones para todos los gustos.
Sugoi Uriarte, judoca –ya había estado en Londres 2012–, dijo que los especialistas de su disciplina duermen en un ático. “Nuestro piso es un privilegio. No nos podemos quejar. Estamos todos juntos y a gusto. Seguramente queda algo por hacer, pero en realidad todo está mejor de lo que esperábamos...”.
Sin embargo, Marta Mangué, la estrella del balonmano femenino –para ella, estos son los terceros Juegos–, se expresó de una forma
PROBLEMAS EN LA VILLA Marta Mangué, estrella del balonmano femenino: “Hay desorden en la lavandería, el comedor...”
bien distinta. Dijo que prefería los Juegos de Londres: “No son los mejores Juegos; lo tengo claro”.
“Aquí, hay cierta desorganización en la lavandería, en el comedor, con la comida, son detalles que afectan un poco. Es cierto que las instalaciones están cerca de aquí. Pero claro, el tráfico tampoco ayuda...”.
Adrián Gavira, uno de los miembros del voley playa, prefirió irse por otra vía.
–Dijiste que, si conseguías una medalla, besarías a Pablo Hernández, tu compañero de equipo. ¿Piensas igual? –le preguntaron.
–Por una medalla, le beso en los morros o donde sea. Le como la boca bailando samba...