Poner música a Llull
Savall ofrecerá su concierto dedicado al pensador mallorquín en el festival de Trobadors de Castelló d’Empúries
Jordi Savall ha realizado su propia aportación a la celebración del séptimo centenario de Ramon Llull, recuperando la música trovadoresca del siglo XIV, y que practicó el propio filósofo hasta que una aparición de Jesucristo dio un giro a su vida, enfocándola al rezo y la reflexión.
Ramon Llull tocó todos los saberes. También la música. En el año dedicado a su séptimo centenario, la aportación más importante la ha hecho Jordi Savall, quien en Temps de conquestes, de diàleg i de desconhort contextualiza la época del pensador con melodías desde el siglo XIV a mediados del XV: piezas occitanas, catalanas, árabes y judías. Quienes no pudieron asistir a los conciertos de Poblet, Palma de Mallorca y de Barcelona, podrán escucharlas el 9 de septiembre en el Festival de Trobadors de Castelló d’Empúries, dedicado también al conde trovador Ponç Hug IV, quien combatió a Jaume II, fue acusado de sodomía, y se enemistó con los obispos de Girona y el conde de Barcelona.
Llull fue trovador hasta que, según la vida dictada por él mismo se le apareció Jesucristo crucificado , cuando una noche junto a su lecho se disponía a escribir una cantinela para cierta dama que –dice– “amava amb una amor fada” . Su conversión fue absoluta y en el Llibre de Contemplació , con la exageración del arrepentido, llama a los juglares ”los pus enutjosos hòmens, els pus proxòvols, els pus mentiders, els pus reprenedors que nenguns hòmens que sien en tot lo món”. Y consideraba que la música debía servir no a la vanidad mundana sino sólo a “la lloança de Deú” y la didáctica. En lugar de cortejar a una dama, loar a la Virgen como máximo deseo amoroso y aproximación a la divinidad.
Llull hizo excepciones de música profana. Su poema Desconhort, dice que hay que recitarlo con el “só de Berart”, una melodía hoy perdida. El lulista Joan Santanach cree que se refiere a la Chanson des Saisnes o Chanson des Saxons de Jean Bodel, una canción de gesta francesa protagonizada por Berart de Montdidier, célebre en la época. Santanach sostiene que Llull era consciente de que la gente no iba a renunciar a disfrutar de la música profana y en su libro Blanquerna introduce el episodio de un canónigo que entra en una taberna e intenta reconducir a una galería de jugadores, rufianes y proxenetas
“El enemigo más profundo del ser humano son la ignorancia y la falsedad”, dice Savall
por medio de la música.
¿Cómo se acerca Savall, no creyente, a Llull? “La música es el medio que da al ser humano más fuerza espiritual y más nos aproxima a una dimensión divina. Un cristiano puede disfrutar en una sinagoga sin renunciar a ser cristiano. E igual un judío o un musulmán disfrutar de la música cristiana sin renunciar a sus creencias. El arte está por encima de las creencias, no pone barreras, conecta, no pone etiquetas. El arte y la música unen frente a las creencias que, al querer ser valoradas como el único camino verdadero, las hace ser exclusivas y oponerse las unas a las otras”.
Savall, en su concierto sobre Ramon Llull, ha querido destacar la diversidad de músicas del entorno mediterráneo en que el pensador se movió , y también el ejemplo que las lecciones de Llull irradia sobre el mundo contemporáneo. “Alguien que no quiere imponer sus razones por la fuerza sino por el razonamiento, el diálogo, el respeto al otro.Buscaba solucionar conflictos. Difundir su legado es muy importante sobre todo en estos momentos, cuando más falta hace”.
“El enemigo más profundo del ser humano –dice Savall– es la ignorancia. Y en los grabados sobre Llull se ve su ejército luchando contra las torres de la ignorancia y la falsedad. El mundo está hoy lleno de falsedad e ignorancia, lo que facilita todos los fanatismos y violencias sin fin.”
Para Savall, “la música es una emoción que nos aproxima a la historia, nos transporta a momentos lejanos y nos los hacen sentir como momentos de hoy. Es una extraordinaria máquina del tiempo. Escuchar un canto de la época de Llull nos da la impresión de viajar a su época”.
En el concierto, los músicos de Hespèrion XXI, algunos procedentes de Siria, Turquía, Grecia o Armenia, interpretarán músicas de la Mallorca musulmana, Francia medieval, los lauda italianos o a las tradicionales africanas, siguiendo el itinerario de Llull. El músico dice que en su concierto habrá algo de jam-session. “Hasta Haydn o Mozart, los músicos antiguos improvisaban mucho. Los músicos orientales también. Eso es algo que en Occidente se ha perdido totalmente y de ahí, en parte, que la música medieval y renacentista haya conectado tanto con los jóvenes. Las interpretaciones dan mucha viveza, como en el jazz”.