Combatir el ‘Brexit’
La institución inyecta 200.000 millones en la economía para evitar la recesión
El Banco de Inglaterra se ha puesto manos a la obra para minimizar el impacto del Brexit en la economía británica, para lo cual ha reducido en un cuarto de punto los tipos de interés hasta el 0,25%, y anuncia la compra de bonos del Tesoro.
El Banco de Inglaterra sacó ayer el bazuca para estimular la economía con casi toda la artillería a su alcance. En un movimiento histórico, bajó los tipos de interés desde el 0,5% al 0,25% y dejó la puerta abierta a acercarlos al 0% en el futuro si las circunstancias así lo aconsejan. La medida busca abaratar la financiación de las empresas y las familias para que se olviden de los riesgos derivados del Brexit e inviertan y consuman, respectivamente. Junto a los bajísimos tipos oficiales, el Banco de Inglaterra anunció que va a movilizar 170.000 millones de libras, unos 200.000 millones de euros, para estimular el crecimiento y alejar los riesgos de una recesión.
Este paquete de estímulos constará, en primer lugar, de 60.000 millones de libras para comprar bonos del Tesoro británico, de cuyos títulos ya contaba con 375.000 millones correspondientes a la anterior fase de este programa, en los albores de la crisis. Estas compras se reanudan ahora tras un parón de cuatro años. Además, la centenaria institución destinará 10.000 millones más a comprar en el mercado bonos corporativos (excluidos los bancos) para contribuir a bajar su rentabilidad y abaratar así los costes de financiación de las empresas cuando emitan nueva deuda. La tercera parte del agresivo paquete de estímulos aprobado ayer será destinada a la banca, que podrá obtener del banco central británico hasta 100.000 millones de libras a tipos casi idénticos a los oficiales para, a su vez, ponerlos inmediatamente a disposición del mercado.
Al explicar las decisiones del comité de política monetaria, el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, trató de transmitir calma. Precisó que no se espera que el Reino Unido caiga en recesión, como predicen algunos analistas, pero sí se admitió que el Brexit –la salida del Reino Unido de la UE aprobada en referéndum el pasado 23 de junio– conducirá a un segundo semestre del 2016 con muy poco crecimiento.
El banco central rebajó su previsión de crecimiento del PIB en el 2017 del 2,3% que predijo en mayo hasta un 0,8%, la mayor revisión a la baja desde que empezaron las predicciones en 1992. Para el ejercicio actual, en cambio, mantiene su pronóstico en un avance del 2% debido al buen rendimiento de la economía británica en la primera mitad de este año. Por último, también rebajó ayer la perspectiva de crecimiento en el 2018 del 2,3% al 1,8%.
Las medidas del Banco de Inglaterra no decepcionaron en absoluto a los mercados. La libra cayó un 1,5% hasta los 1,31 dólares. La cotización de los bonos reflejó
La libra cae con fuerza frente al dólar, el bono del Tesoro se dispara y la Bolsa de Londres sube un 1,6% en el día
también de inmediato el efecto del dinero que se va a destinar a ellos y los precios se dispararon. En consecuencia, la rentabilidad del bono británico a diez años cayó del 0,8% al 0,64%. Y la bolsa también agradeció las facilidades que tendrán sus empresas para endeudarse y acabó la jornada con una revalorización del 1,6%.
Aunque no todo el mundo comparte la bondad del aluvión de liquidez del banco central que recibirá la economía británica. Por ejemplo, Azad Zangana, estratega jefe de Schroders en Europa, dijo en un comunicado que “las medidas anunciadas ayudarán en el mejor de los casos a amortiguar las expectativas de un frenazo brusco de la economía en los próximos meses, pero solo servirán para estimular marginalmente la actividad”.
La decisión del Banco de Inglaterra –que por una vez cumplió con creces con las expectativas– contribuyó a que se viviera una jornada muy tranquila, y positiva, en los mercados. El Ibex recuperó un 1,5% hasta los 8.385 puntos. El resto de las bolsas también cerraron con ganancias.