Londres se alarma por un acuchillamiento no terrorista
El suceso se produjo en pleno despliegue de 600 agentes armados
Ninguna ciudad es inmune al peligro de la violencia, pero los recientes ataques terroristas en otras metrópolis europeas han hecho que la policía de Londres pusiera esta semana en marcha un plan para el despliegue de 600 oficiales adicionales armados para velar por la seguridad de sus ciudadanos, y que serán destinados a las zonas más concurridas de la ciudad.
El refuerzo coincide con la alarma que se vivió en la noche del miércoles, cuando un hombre mató en el centro de Londres a una persona e hirió a otras cinco, aunque todo indica que este último suceso no tiene relación con la radicalización islámica.
El comisario de la policía metropolitana Bernard Hogan-Howe explicó que la operación Hercules está destinada a combatir la amenaza terrorista, en una ciudad en la que es habitual que muchos de sus agentes del orden no lleven armas. “Cualquiera que haya seguido los acontecimientos acaecidos en Europa durante las pasadas semanas puede ver por qué estamos tan determinados en proteger a nuestro público”, declaró.
“La realidad de tener que enfrentarse con atacantes que van armados y pueden provocar ataques mortales es que se necesitan policías con armas de fuego que usen la fuerza para parar a los atacantes”, agregó. El nivel de amenaza terrorista en Londres se mantiene en “severo”, el segundo nivel más alto de peligrosidad, lo que significa que un ataque es “altamente probable”.
El comandante de la policía metropolitana para operaciones especiales, Mark Rowley, pidió a los ciudadanos que se mantengan “calmados, vigilantes y alertados”. Además explicó que el Estado Islámico está buscando a personas vulnerables, algunas de ellas con problemas mentales y de personalidad, para llevar a cabo sus objetivos. Así, indicó que en algunas operaciones, los policías reciben consejos de psicólogos para poder lidiar mejor con los peligros a los que enfrentan.
El ataque del miércoles en Londres fue perpetrado por un ciudadano noruego aunque de origen somalí. Si en un principio se apuntaba a que se podía tratar de un atentado, ahora la policía piensa que no existen signos de radicalización y que se trata más bien de “un problema mental”. Las autoridades
El atacante mató a una mujer por “problemas mentales”, y no presenta signos de radicalización
piensan que el ataque fue “espontáneo” y que las víctimas “fueron elegidas al azar”.
Como consecuencia del suceso falleció una mujer estadounidense de 60 años y otras cinco personas resultaron heridas, aunque están todas fuera de gravedad. Los heridos son de nacionalidad británica, estadounidense, israelí y australiana. El joven atacante, de 19 años, fue en un principio trasladado al hospital y ahora se encuentra ya en una comisaría del sur de la capital a la espera de ser enviado a prisión.
Se da la circunstancia que el asesinato ocurrió en Russell Square, una céntrica plaza de Londres muy concurrida por los turistas, que está muy cerca del Museo Británico y en la que se encuentran muchas residencias y hoteles. El lugar del crimen se ha llenado de ramos de flores que han depositado los londinenses en señal de solidaridad con las víctimas.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, interrumpió sus vacaciones y alabó la labor de las fuerzas de seguridad, de quien dijo que están haciendo “un trabajo increíblemente difícil”. “La seguridad de los londinenses es nuestra prioridad número uno”, declaró.
“Vamos a ver más policías armados en nuestras calles pero no hay razón por la que alarmarse porque nuestra policía está trabajando conjuntamente con todas nuestras comunidades y vecindarios para prevenir la posibilidad de cualquier ataque”, explicó.
Además dijo que se está haciendo todo lo posible para proteger la capital no sólo con oficiales armados sino también con detectives especialistas en la lucha antiterrorista que trabajan conjuntamente con agencias de inteligencia.
Los londinenses ya han vivido de primera mano los ataques terroristas. En los años ochenta y noventa sufrieron una escalada de violencia de manos del Ejército Republicano Irlandés (IRA). El islamismo radical también ha azotado a la capital. En el año 2005 Londres sufrió uno de sus atentados más brutales con los bombardeos suicidas en la red de metro y autobús, que acabaron con la vida de 52 personas y más de 700 resultaron heridas.
Desde ese momento se han abortado docenas de planes terroristas y ha habido ataques a menor escala, como el asesinato a plena luz del día del soldado británico Lee Rigby en el mes de mayo del 2013.