La Vanguardia (1ª edición)

La desigualda­d y la corrupción castigan en las urnas al partido de Mandela

Las elecciones locales otorgan los peores resultados al CNA desde el apartheid

- JOHANNESBU­RGO Afp y Reuters

Los electores sudafrican­os esperaban ayer el veredicto de unas elecciones municipale­s que marcarán un antes y un después en el país. El partido gobernante en Sudáfrica, el Congreso Nacional Africano (CNA) de Nelson Mandela, podría perder el poder en cuatro de las mayores ciudades del país por el descontent­o creciente en los votantes urbanos por una economía decadente y los escándalos que rodean al presidente, Jacob Zuma. Serían sus peores resultados desde el fin del apartheid, en 1994.

La supremacía del CNA no está amenazada en la mayoría de las 278 metrópolis del país, pero los sondeos pronostica­ban resultados muy ajustados en las principale­s ciudades. En Johannesbu­rgo y en la capital, Pretoria, el partido de Zuma podría perder su mayoría absoluta y caer ante la Alianza Democrátic­a (AD), la principal fuerza de la oposición, que ya gobierna Ciudad del Cabo –la capital parlamenta­ria– desde el 2006.

“El simple hecho de tener que formar una coalición dentro de la capital sería vergonzoso para el CNA”, estima el analista político Daniel Silke a la agencia Afp.

Aunque el CNA todavía se beneficia de los frutos de la historia –el fin de los gobiernos de la minoría blanca–, hoy se enfrenta a manifestac­iones casi diarias por el fracaso del Gobierno en empleo, lucha contra la pobreza y la calidad de vida. Mientras la tasa de paro está en el 26,7%, el banco central anticipa un crecimient­o nulo en el 2016. Según el Banco Mundial, Sudáfrica sigue siendo el país más desigual del mundo: dos décadas después del apartheid, el CNA no ha sido capaz de acabar con las diferencia­s entre las áreas blancas y negras, que ya no son legales, pero sí económicas.

Además, tras su reelección en mayo del 2014, Zuma (74) sigue acumulando escándalos. Recienteme­nte ha sido obligado por la justicia a reembolsar de aquí a medianos de septiembre el medio millón de dólares utilizado para renovar su residencia privada.

En Port Elizabeth, metrópolis industrial al borde del Índico, la AD iba en cabeza a última hora de la tarde. En un lugar en que el desempleo bate récords (36%), las promesas del CNA ya no valen nada. El mismo candidato de la AD en Port Elizabeth, Athol Trollip, no dudaba en invocar a Mandela, una figura de consenso que ha sido utilizada regularmen­te durante la campaña. Sin embargo, en Soweto, el barrio de Johannesbu­rgo testigo de una de las más crueles matanzas

El presidente Jacob Zuma debe reembolsar 500.000 dólares que utilizó para reformar su residencia privada

del apartheid –566 personas fueron asesinadas en una manifestac­ión de estudiante­s en 1976–, los electores todavía quieren creer en el movimiento que les liberó de la segregació­n racial.

“Se han dicho muchas cosas negativas del CNA, pero imagino lo que Mandela sufrió durante el apartheid, y voto por él”, decía Lebogang Maponyane, una parada de 43 años que apoyó el CNA.

La pérdida de una o más de las grandes ciudades sería un golpe duro para Jacob Zuma y sembraría la inquietud en el seno del partido, que ya mira a las elecciones generales del 2019 en que Sudáfrica elegirá un nuevo presidente.

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ELMOND JIYANE / HANDOUT / EFE El presidente Jacob Zuma se dispone a votar en un colegio electoral de Nkandla, en el este del país

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