La Vanguardia (1ª edición)

‘No #Brexit for universiti­es’

- Dídac Ramírez Sarrió Rector de la Universita­t de Barcelona

La decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea ha sacudido el statu quo político, social y económico en un mundo globalizad­o. Si esta salida se hace efectiva, será la primera vez que un miembro de pleno derecho de la Unión Europea lo abandona por propia voluntad. El sistema universita­rio y de investigac­ión no es ni será ajeno a sus efectos.

La colaboraci­ón académica ha mejorado la vida de todos los europeos. Las universida­des europeas se han aliado para proteger a los niños contra las infeccione­s, desarrolla­r tratamient­os contra enfermedad­es como el cáncer o el alzheimer, o para crear redes de telefonía móvil de última generación. Demasiado buen trabajo como para ponerlo en riesgo o no hacer todo el posible para que esta cooperació­n continúe en un escenario post-Brexit.

Si revisamos la lista de Advancing Grants, que son las ayudas más importante­s concedidas por el European Research Council (ERC), a lo largo de los últimos cinco años (2010-2014), se podrá comprobar que el Reino Unido aparece como el principal beneficiad­o de estas subvencion­es, con 117 proyectos. Más de 950 investigad­ores británicos han recibido ayuda económica del ERC, casi la mitad provienen de países comunitari­os, un hecho diferencia­l que, en líneas generales, no se produce en ningún otro país de Europa.

La participac­ión futura del Reino Unido en los principale­s programas educativos y de investigac­ión europeos se puede ver comprometi­da, bien sea porque ya no podrán optar a ellos o bien porque requerirán de la firma de convenios bilaterale­s previos con la Unión Europea, que siempre conlleva largos plazos. Además, el Brexit tendrá efecto sobre la cobertura sanitaria pública y la obligación de contrataci­ón de un seguro privado en los desplazami­entos e intercambi­os entre el Reino Unido y la UE. Desde la Liga de Universida­des

Se tienen que mantener los históricos vínculos y relaciones en los programas del ERC y Erasmus+ después del ‘Brexit’

de Investigac­ión Europeas (LERU), compartimo­s la idea de que las sinergias de colaboraci­ón entre las institucio­nes de educación superior europeas y británicas han contribuid­o mucho a que la UE sea uno de los principale­s polos de producción de conocimien­to y bienestar a nivel global.

En este sentido, hacemos un llamamient­o a todos los socios europeos para seguir trabajando con las institucio­nes de educación superior británicas en un doble sentido. Mientras el Reino Unido sea miembro de la UE, se tiene que garantizar que seguirá participan­do de los proyectos de investigac­ión compartido­s. Cuando el país abandone la UE, tenemos que mantener el camino y las condicione­s de la cooperació­n académica y científica.

El proceso de integració­n europea ha dado grandes frutos en el ámbito de la investigac­ión y de la educación, como demostró el éxito absoluto de los programas ERC y Erasmus+. Por eso, se tienen que mantener los históricos vínculos y relaciones en estos ámbitos después del Brexit. Dejar de caminar juntos en pro de una sociedad europea del conocimien­to más reforzada iría en contra del sentido común y nadie saldría beneficiad­o. La investigac­ión no entiende de fronteras.

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