Navegar entre dos aguas
El Congost de Mont-rebei corre el peligro de morir de éxito. Está considerado uno de los desfiladeros más espectaculares de España por sus singulares formas, rincones vírgenes y profundas gargantas. Los amantes de la naturaleza en estado puro fueron los primeros en descubrir este destino. Pero ahora empiezan a llegar otros visitantes atraídos por otro reclamo que tiene más que ver con la política que con el medio ambiente. En Mont-rebei (tesoro del Montsec al que puede accederse desde Puente de Montañana, Montfalcó, Àger o La Masieta) es posible navegar entre dos aguas. Saltar de Aragón a Catalunya o de Catalunya a Aragón en sólo unos minutos por una pasarela suspendida entre las paredes del desfiladero. El Noguera Ribagorzana traza el límite entre ambas comunidades y para muchos vivir la experiencia de ir de unas aguas a otras (en plena batalla política identitaria) tiene su parte de gracia. Pero aquí las fronteras están diluidas, son imaginarias. Tanto da si uno accede al desfiladero desde Aragón o lo hace por la parte catalana. Una vez se empieza andar por los senderos excavados en las imponentes paredes o a remar en kayak o canoa por el río ya no importa si uno está en un lado u otro. Mont-rebei esconde una magia especial. Las visitas se han disparado en más de un trescientos por ciento, hasta el punto de que los accesos han quedado colapsados en más de una ocasión. Ha llegado, pues, la hora de trabajar en habilitar nuevos aparcamientos y equipamientos para facilitar las cosas a aquellos que quieran vivir la experiencia de perderse por ese virgen paraje y disfrutar de la naturaleza en estado puro. El secreto de Mont-rebei (como destino desconocido) se ha desvelado. Y lo ha hecho a lo grande, sin tiempo para adaptarse a la nueva situación. Éxito, sí, pero sin descontrol.