La Vanguardia (1ª edición)

“El prejuicio contra la gente de edad es asombroso”

Sally Field, actriz, que estrena ‘My name is Doris’

- GABRIEL LERMAN Los Ángeles

Es una de las pocas que ha ganado dos veces el Oscar a la mejor actriz, además de dos Globos de Oro y tres Emmys, entre un aluvión de premios y nominacion­es. Y sin embargo, Sally Field reconoce que no le resulta nada fácil conseguir un papel que justifique su talento. Tras su participac­ión en Lincoln, por la que fue candidata a la estatuilla dorada por tercera vez tres años atrás, sólo se le vio como la tía May en la fracasada segunda entrega de The Amazing Spider

Man. Por eso, cuando le ofrecieron interpreta­r a una solterona que se deja llevar por sus fantasías en Hello, my name is Doris, que hoy llega a las carteleras locales, no lo dudó aunque no hubiera dinero ni para pagar el vestuario. Ya hay rumores de que Field, que este año cumplirá los 70, podría ser nuevamente candidata a los Oscar por su trabajo en el filme.

¿Es duro envejecer en Hollywood?

Es espantoso. El prejuicio que hay hacia la gente mayor es asombroso. Muchos creen que las mujeres no tienen valor después de haber pasado su etapa de ser mamás. Uno puede tratar de perseguir la imagen que uno tuvo en la juventud pero eso es algo verdaderam­ente autodestru­ctivo. Yo prefiero asumir que esta es quien soy yo hoy, y aceptar mi edad porque es algo natural. Para mí todo pasa por tratar de mantenerme tan saludable como pueda, y buscar papeles que hablen sobre la

experienci­a de tener esta edad.

¿Es difícil conseguir buenos papeles para una actriz que se acerca a los 70?

Mucho. Para empezar, es muy duro para cualquier mujer dar con un papel que tenga sustancia, pero es mucho más complicado para las mujeres mayores. A mí no me importa el medio si el papel es bueno. No tengo prejuicios hacia la televisión, nunca los tuve. Me encanta el teatro y, si me dieran un buen papel para hacer en su jardín, no tendría ningún inconvenie­nte en decir que sí. Es que, si no mirara las cosas de esta manera, jamás podría hacer todo lo que sueño hacer antes de irme de este mundo.

Sin embargo parece que no para de trabajar...

Es cierto. Me encanta actuar, y estoy en un momento de mi vida en que estoy renegocian­do conmigo misma quién soy porque ya no estoy criando niños y tampoco me estoy ocupando de mis padres enfermos. Eso me ha permitido trabajar mucho más intensamen­te y hacerlo en las dos costas. Por fin tengo un apartament­o en Nueva York que me permite poder hacer teatro todo el tiempo si quisiera, y también estoy mucho en Los Ángeles, en donde están algunos de mis hijos y mis nietos. Es algo tan liberador como escalofria­nte no tener nada que me ate.

¿Hubo una época más fácil?

No, siempre fue complicado. Si me pregunta si hubo alguna ocasión, incluso después de haber ganado dos Oscar, en que pude elegir entre diferentes propuestas, mi respuesta es que no, que jamás me ocurrió en mi vida. La suerte me ayudó para siempre estar trabajando en una película. Pero incluso en la época en la que tuve una productora con Laura Ziskin, no me fue fácil. Había proyectos que yo sabía que se tenían que hacer, pero no conseguíam­os quien se quisiera arriesgar porque decían que a las mujeres no les interesaba el cine. Es más, yo creo que algunos de esos proyectos se hubiesen hecho si yo hubiese sido un hombre...

¿Cómo creó a su Doris?

Yo empiezo a pensar un personaje a partir de cómo se ve. Para el cabello, imité un peinado que usó Brigitte Bardot en 1961, con un flequillo muy largo y el resto recogido en un pastiche atado con un gran moño. Me pareció que era la mejor manera de retratar que Doris vive en sus fantasías. No se ve a sí misma en el mundo real sino que transita por el que se ha creado en su imaginació­n. Luego nos reunimos durante tres días con la diseñadora de vestuario Rebecca Gregg, pero no teníamos dinero. Esta película se hizo sin presupuest­o y por eso ella se dedicó a reunir la ropa que pudo conseguir de segunda mano. Una vez que logré organizar su vestuario, el personaje surgió muy fácilmente...

“Ya no estoy criando niños ni me ocupo de padres enfermos, eso me permite trabajar más intensamen­te”

 ?? . ?? Sally Field, en una escena de la película
. Sally Field, en una escena de la película

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