Final de ciclo
Como catalán veo con profunda tristeza el devenir de la antigua CDC y da pena ver hasta dónde ha llegado a caer una formación que históricamente ha sido el pal de paller de la política catalana. No sé si sus simpatizantes y votantes se han parado a pensar seriamente qué les ha ocurrido, pero en vez de hacer un examen de sus errores, se han limitado a decir que sus problemas vienen de la animadversión que tiene Madrid contra ellos. Creo que sus múltiples errores estratégicos, la poca honradez de su máximo dirigente, la implicación de muchos de sus miembros en temas de corrupción, y su sinfín de anomalías de toda índole, les han llevado al punto donde están y del que difícilmente van a salir.
La pérdida de voz en el Congreso después de 40 años de historia, y su paso al grupo mixto los convierte en un partido de relleno, que ha pasado de ser un ganador habitual a ser un simple figurante en la política nacional y autonómica. Su andadura conjunta con compañeros de viaje como la CUP, para lograr la tan ansiada independencia, no sólo no les va a servir de ayuda en su objetivo, sino que se van a encontrar con un portazo en las narices por parte del resto del país, por mucho que se empeñen en conseguir algo a lo que sólo se puede llegar por la vía del diálogo y no por la fuerza y la cabezonería.
J.L. MORILLO DE LA TORRE Suscriptor Barcelona