Gran decepción: no había partícula
El CERN descarta los indicios detectados en diciembre que han demostrado ser sólo una fluctuación estadística
La esperanza se ha desvanecido. Los científicos buscaban la partícula que estaba llamada a revolucionar la teoría de la física cuántica actual, el descubrimiento más importante desde los años setenta, más importante que el bosón de Higgs o que la docena de partículas descubiertas desde que se demostró la existencia de los quarks hace más de 40 años. Ayer, ocho meses después de que se anunciara la posible existencia de esta partícula, se desveló que los indicios han demostrado ser “fluctuaciones estadísticas”.
“Básicamente no hemos visto nada”, dijo un decepcionado Tiziano Camporesi, portavoz del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN), en una conferencia de prensa en Chicago, durante el congreso del ICHEP 2016. Camporesi se presentó a la prensa después de que el jueves por la noche se desataran los rumores al publicarse por error las investigaciones del experimento del detector de partículas CMS.
Los experimentos CMS y Atlas presentaron indicios de una nueva partícula, seis veces más masiva que el bosón de Higgs, que no cumpliría el modelo estándar. Los indicios que invitaban a pensar que podía haber una nueva partícula se observaron en el 2015, cuando los detectores del LHC empezaron a registrar colisiones de partículas con un nivel de energía nunca alcanzado antes. Después de más de dos años de obras en los que el acelerador había estado parado, se había elevado la energía de las colisiones de 8 TeV (tera-electronvoltios) a 13 TeV. Con más energía en las colisiones se podrían crear y detectar partículas más masivas.
Durante los seis meses en que el LHC estuvo en funcionamiento antes de parar en diciembre, dos detectores distintos –el Atlas y el CMS– registraron una anomalía similar. A una energía de unos 750 GeV (giga-electronvoltios) observaron más fotones de los esperados. Esto podría significar que existía una partícula con una masa de 750 GeV que se desintegra emitiendo dos fotones. O bien podría ser un mero efecto estadístico. La estadística es imprescindible para comprender qué ocurre en las entrañas del LHC.
En el encuentro internacional sobre física de altas energías de Chicago, el físico portavoz del ATLAS del centro suizo, Dave Charlton, dijo que lo que habían visto era únicamente una “chiripa estadística”. Tras recopilar cinco veces más cantidad de datos que en 2015, el CERN ha mostrado que los excesos observados por el experimento CMS y ATLAS desaparecen.
A pesar del revés para el CERN, la física tiene ante sí nuevos desafíos en los próximos años. De hecho, tanto Charlton como Camporesi no tiran la toalla del todo. El LHC está operando con la expectativa de un segundo intento, que está aún en marcha, y que está dando más información de la que se esperaba, afirmaron.
Los físicos del CERN han presentado más de cincuenta nuevos resultados, pero, de momento, ninguno tiene la suficiente envergadura como para cambiar la teoría física. “Mantengan la atención, no creo que hayamos perdido toda la esperanza aún”, dijo Camporesi. En el 2011, por ejemplo, se encontró una partícula que parecía ser el bosón de Higgs a 140 GeV. Sin embargo, finalmente se vio que era una mera fluctuación estadística. Meses después, aquel hallazgo estadístico se vio superado por la determinación del bosón.
Tras recopilar cinco veces más datos, se ha mostrado que los excesos observados en el 2015 desaparecen