Clamor contra Adif por la estación de tren de Caldes
La estación de tren de Caldes de Malavella se ha modernizado con un paso inferior entre andenes, dotado de dos ascensores, uno en cada andén, para permitir el tránsito de personas con dificultades de movilidad y así substituir la antigua pasarela sobre las vías. Esta es la teoría porque en la práctica los usuarios se ven obligados a otros lances.
Hace dos meses que finalizaron los trabajos y los ascensores siguen precintados y sin funcionar, con lo cual los viajeros tienen que subir y bajar por los peldaños que dan acceso o salida al paso subterráneo, o pasar por una nueva pasarela peatonal sobre la vía –construida por Adif mientras los
Los ascensores siguen sin funcionar dos meses después de que Adif acabase la construcción del paso subterráneo
aparatos no funcionen– con el agravante que está situada a 130 metros de las taquillas y cerca de una peligrosa curva que si el tren viene desde el norte dificulta su visibilidad.
Así lo denuncian los usuarios de esta estación, la tercera con más pasajeros de la provincia de Girona con 280.000 pasajes vendidos cada año, y también el Ayuntamiento que, según concreta el alcalde, Salvador Balliu, ha reclamado a Adif en varias ocasiones el funcionamiento de los elevadores pero sin éxito. “Queremos una solución inmediata. Es incomprensible como una obra en la que se han gastado 3,1 millones de euros no se ponga en marcha por un tema técnico”, advierte Balliu.
Adif, el responsable de la estación, reconoce el problema. Alega que el retraso se debe a unas piezas que tenían que fabricarse pero “ya están listas y colocadas” y ahora falta la instalación y la tramitación de la conexión eléctrica para que funcionen. “Ambos ascensores estarán operativos tan pronto como sea posible. Son situaciones imprevistas que surgen”, señalan desde el gestor de infraestructuras, que pronostican que probablemente no será hasta septiembre.
Pero la solución provisional del paso alternativo no gusta a los viajeros. “Es una auténtica animalada. Ves el tren cuando ya lo tienes encima. Además, no es apta para personas en sillas de ruedas porque hay mucho desnivel”, advierte Josep Senar, un usuario habitual de la estación. Ciclistas y gente con maletas prefieren las escaleras y algunos incluso optan por no coger el tren. “Tendría que funcionar el ascensor”, espetan. Las obras de la estación se iniciaron en marzo del 2015 e incluyeron otras actuaciones como ensanchar los andenes y la instalación de marquesinas.
El gestor alega que falta la instalación y la tramitación eléctrica para poder ponerlos en marcha