Un laboratorio en entredicho
El centro antidopaje de Río, suspendido hasta el 20 de julio, no ofrece credibilidad
La batalla campal entre el Comité Olímpico Internacional (COI), la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y otros elementos de peso, como los responsables del deporte ruso, no amaina. A raíz de la decisión del COI de abrir la mano a más atletas rusos, la AMA ha contragolpeado con la denuncia de irregularidades en el laboratorio antidopaje de Río, de responsabilidad vital durante los Juegos Olímpicos. “No se analizó a ningún deportista brasileño en el mes anterior a los Juegos”, ha reconocido el ministro de Deportes de Brasil, quien argumenta que era imposible. El laboratorio estaba suspendido, sin licencia, por irregularidades. Desde el 24 de junio. Según la AMA, porque en análisis rutinarios consideró positivas unas muestras que no lo eran, es decir, incurrió en el error más grave que puede cometer un centro de análisis.
Entre las normas habituales de la AMA figura este método: enviar análisis-test para comprobar si los laboratorios aciertan y valorar así su capacidad de respuesta y su fiabilidad. El de Río se quedó sin licencia a finales de junio, y no la recuperó hasta el 20 de julio. La AMA buscó de forma infructuosa un laboratorio de recambio que pudiera garantizar los análisis que se efectuarán durante los Juegos, pero sin resultado. Cualquier opción B era catastrófica, porque entre los aspectos fundamentales de los análisis cuenta también la rapidez. En el programa de Río 2016 figura realizar unos 4.000 análisis de orina y mil de sangre.
Durante la competición todo el dispositivo del antidopaje es responsabilidad del COI. La AMA no está autorizada a realizar análisis desde que empiezan las competiciones, salvo en los atletas que se alojan fuera de las instalaciones oficiales. Pero el gran temor latente es si Río ha recuperado la licencia porque ha garantizado sus resultados o porque ha sido imposible su relevo en tan poco tiempo.
Tampoco hay que olvidar que entre la AMA y el COI las relaciones son tensas a raíz de la postura del organismo olímpico sobre los atletas rusos. Mientras algún patrocinador de peso, como Coca-Cola, ya ha lamentado que “el dopaje daña los ideales olímpicos” y pide el máximo rigor, se alza también la voz de Richard McLaren, el autor del estudio sobre el deporte ruso que denuncia que el COI malinterpretó su informe al hacer listas de vetados. “Yo no busqué qué deportistas se doparon, sino que el informe habla de un dopaje de Estado”, declara.
A última hora del jueves, el COI abrió la puerta a 271 deportistas rusos (de los 389 originales), lo que provocó nuevas protestas de la AMA y de algunos países, como Alemania, fuertemente implicados en la batalla contra el dopaje. “Es una mala noticia para la limpieza del deporte”, han señalado desde la agencia antidopaje alemana. Y un último elemento también toma protagonismo: el TAS, el tribunal del deporte de Lausana, que en sucesivas sentencias de última hora está dando la razón a atletas rusos que el COI pretendía vetar.
SIN CONTROLES En el mes anterior a los Juegos no se ha podido analizar a ningún deportista brasileño