Unió no descarta sacrificios como la renuncia de sus actuales siglas
Los democristianos apuestan por la recuperación del catalanismo centrado
El secretario general de Unió Democràtica, Ramon Espadaler, defendió ayer la necesidad de “reconstruir el espacio del catalanismo centrado”, en el tradicional encuentro con la militancia en Llofriu (Girona), aunque en el mismo acto alertó de las posibles medidas que tendrá que adoptar la formación debido a su delicada situación económica. Espadaler pidió a los militantes que estén “dispuestos a hacer sacrificios, sin descartar la renuncia de las siglas”.
El máximo dirigente de Unió no eludió referirse a los problemas económicos que tiene que afrontar esta formación al verse abocada a un concurso de acreedores, después de no haber logrado un acuerdo con las entidades financieras tras varios meses de negociación. El partido acumula una deuda de 19 millones de euros.
“En Unió estamos gestionando una situación que no es sencilla, que es compleja”, reconoció Espadaler, quien, eso sí, remarcó que la formación democristiana seguirá defendiendo las mismas ideas aunque cambien “de formato y de maneras de organizarse”. E insistió: pueden producirse cambios en la forma, pero no en el fondo. “Estamos comprometidos en la defensa de nuestras ideas, que tienen dos coordenadas: el catalanismo de una fuerza política de estricta obediencia catalana al servicio de los intereses de Catalunya, de la defensa del autogobierno y de nuestra dignidad y del respecto hacia nuestro país, y todo desde una posición centrada”, explicó Espadaler.
El líder de Unió destacó la coherencia del partido por seguir defendiendo el mismo modelo de sociedad que ha defendido siempre. “Catalunya necesita una alternativa: que se gobierne pensando en Catalunya, al servicio de Catalunya y sin depender, como pasa ahora, de los extremos”, subrayó. “No puede ser que los unos y los otros, el gobierno catalán y el central, vivan instalados en la confrontación permanente, que vivan de esa confrontación”, remató Espadaler.
Unió tiene previsto celebrar el 1 de octubre su congreso, donde, entre otras cuestiones, está prevista la elección de un nuevo presidente de comité de gobierno, tras la renuncia de Josep Antoni Duran i Lleida. Una elección por primera vez mediante primarias, después de que el pasado mes de junio la formación renovara los estatutos y las introdujera, así como la limitación de mandatos.
Pero ahora cabe ver cómo puede afectar a todo lo previsto –al propio futuro del partido– la actual situación concursal, después de que la reducción de gastos –también reducción de personal– o la puesta en venta de la sede de la calle Nàpols no haya sido suficiente para frenarla. “Que estemos al final de un camino o al principio de un renovado proyecto es una decisión que está en nuestras manos”, apuntó, de hecho, la semana pasada Espadaler en una carta que mandó a toda la militancia.
Unió Democràtica, que no ha conseguido frenar el concurso de acreedores, mantiene su congreso de octubre