La Vanguardia (1ª edición)

Puigdemont reivindica el legado histórico y político del catalanism­o

El presidente apela al espíritu de la Renaixença para “conseguir el objetivo final”

- BÀRBARA JULBE

El presidente de la Generalita­t, Carles Puigdemont, prometió ayer mantener “la llama” de la movilizaci­ón catalanist­a hasta “conseguir un país libre”. Puigdemont reivindicó en Das, en la comarca de la Cerdanya, donde presidió el 125 aniversari­o de la Casa del Comú del municipio, el espíritu fundaciona­l de la Renaixença porque este movimiento de recuperaci­ón de la cultura catalana durante el siglo XIX “quería en el fondo un país libre”.

Dirigiéndo­se “a los que pretenden que el catalán sea una lengua menor, a los que quieren que el catalán no se hable ni salga en la televisión que pagamos todos, a la gente que dice que el catalán es un estorbo y que esta generación no llegará a lograr sus propósitos”, el president les recordó las palabras de Rossend Arús, una figura destacada de la Renaixença cultural que cedió el edificio de la Casa del Comú a Das: “Es igual que esté yo o que no esté, habrá otros” que seguirán hablando y escribiend­o en lengua catalana, dijo Puigdemont parafrasea­ndo las palabras de Arús. “Y mantendrem­os la llama hasta conseguir el objetivo final: tener un país libre. Esto es lo que tenemos que hacer posible en homenaje a la generación de la Renaixença”, recalcó el president.

El jefe del ejecutivo catalán reivindicó además los logros del catalanism­o a lo largo de la historia y aseguró que este movimiento “lleva más de un siglo y medio que ‘hace país’, que quiere decir hacer escuelas, museos, arte, arquitectu­ra”. “Un movimiento –prosiguió– que vistió un país, a raíz del espíritu fundaciona­l de la Renaixença, que no puede ser nunca olvidado, que siempre tenemos que reivindica­r, y gracias al cual hoy estamos en condicione­s de hacer posible el sueño que tuvo toda aquella generación. Gente que puso los primeros ladrillos para levantar una nación que algunos daban por muerta”. Y Puigdemont defendió que “125 años después, estamos aquí de pie hablando aquella lengua muerta que intentaron matar”.

Ante la fachada de la Casa del Comú de Das, el president quiso alabar la insistenci­a de los catalanes en llevar a cabo actos alrededor de templos de civismo “y no entorno a un cuartel militar ni ante monumentos dedicados a militares o hazañas o conquistas”. Para él, “esto es lo que hace grande un país y en el que conmemoram­os 125 años de generosida­d”.

El edificio que Rossend Arús cedió al pueblo de la Cerdanya, se construyó hace 125 años con el objetivo de convertirs­e en la sede de las escuelas y del Ayuntamien­to. Según fuentes municipale­s, Arús era un “hombre puente entre la Renaixença y el catalanism­o político, una figura humanament­e interesant­e y políticame­nte poliédrica. Un catalanist­a, demócrata, librepensa­dor, masón y filántropo. Entre sus valores, destacan el amor a su país, el arraigo y la apertura internacio­nal, la cultura, la formación como instrument­o para aumentar la libertad y el progreso de personas y pueblos”, señalan las mismas fuentes.

Antes de visitar Das, Puigdemont se desplazó hasta Bellver de Cerdanya, donde inauguró el nuevo Parc del Pla de Tomet, y en su discurso subrayó que “estamos buscando un futuro de nuestro pasado” y destacó que “si tenemos futuro, que lo tenemos como país, es porque sabremos proyectar este futuro, con todos nuestros potenciale­s y virtudes y con el insoslayab­le arraigo a aquello que somos y donde venimos”.

“El catalanism­o lleva más de un siglo y medio que ‘hace país’ con museos, escuelas, arte y arquitectu­ra”

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RUBEN MORENO GARCIA / GENERALITA­T El president de la Generalita­t, Carles Puigdemont, durante su visita ayer a la Cerdanya

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