Puigdemont reivindica el legado histórico y político del catalanismo
El presidente apela al espíritu de la Renaixença para “conseguir el objetivo final”
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, prometió ayer mantener “la llama” de la movilización catalanista hasta “conseguir un país libre”. Puigdemont reivindicó en Das, en la comarca de la Cerdanya, donde presidió el 125 aniversario de la Casa del Comú del municipio, el espíritu fundacional de la Renaixença porque este movimiento de recuperación de la cultura catalana durante el siglo XIX “quería en el fondo un país libre”.
Dirigiéndose “a los que pretenden que el catalán sea una lengua menor, a los que quieren que el catalán no se hable ni salga en la televisión que pagamos todos, a la gente que dice que el catalán es un estorbo y que esta generación no llegará a lograr sus propósitos”, el president les recordó las palabras de Rossend Arús, una figura destacada de la Renaixença cultural que cedió el edificio de la Casa del Comú a Das: “Es igual que esté yo o que no esté, habrá otros” que seguirán hablando y escribiendo en lengua catalana, dijo Puigdemont parafraseando las palabras de Arús. “Y mantendremos la llama hasta conseguir el objetivo final: tener un país libre. Esto es lo que tenemos que hacer posible en homenaje a la generación de la Renaixença”, recalcó el president.
El jefe del ejecutivo catalán reivindicó además los logros del catalanismo a lo largo de la historia y aseguró que este movimiento “lleva más de un siglo y medio que ‘hace país’, que quiere decir hacer escuelas, museos, arte, arquitectura”. “Un movimiento –prosiguió– que vistió un país, a raíz del espíritu fundacional de la Renaixença, que no puede ser nunca olvidado, que siempre tenemos que reivindicar, y gracias al cual hoy estamos en condiciones de hacer posible el sueño que tuvo toda aquella generación. Gente que puso los primeros ladrillos para levantar una nación que algunos daban por muerta”. Y Puigdemont defendió que “125 años después, estamos aquí de pie hablando aquella lengua muerta que intentaron matar”.
Ante la fachada de la Casa del Comú de Das, el president quiso alabar la insistencia de los catalanes en llevar a cabo actos alrededor de templos de civismo “y no entorno a un cuartel militar ni ante monumentos dedicados a militares o hazañas o conquistas”. Para él, “esto es lo que hace grande un país y en el que conmemoramos 125 años de generosidad”.
El edificio que Rossend Arús cedió al pueblo de la Cerdanya, se construyó hace 125 años con el objetivo de convertirse en la sede de las escuelas y del Ayuntamiento. Según fuentes municipales, Arús era un “hombre puente entre la Renaixença y el catalanismo político, una figura humanamente interesante y políticamente poliédrica. Un catalanista, demócrata, librepensador, masón y filántropo. Entre sus valores, destacan el amor a su país, el arraigo y la apertura internacional, la cultura, la formación como instrumento para aumentar la libertad y el progreso de personas y pueblos”, señalan las mismas fuentes.
Antes de visitar Das, Puigdemont se desplazó hasta Bellver de Cerdanya, donde inauguró el nuevo Parc del Pla de Tomet, y en su discurso subrayó que “estamos buscando un futuro de nuestro pasado” y destacó que “si tenemos futuro, que lo tenemos como país, es porque sabremos proyectar este futuro, con todos nuestros potenciales y virtudes y con el insoslayable arraigo a aquello que somos y donde venimos”.
“El catalanismo lleva más de un siglo y medio que ‘hace país’ con museos, escuelas, arte y arquitectura”